En
estos días ha ocurrido un fenómeno que ilustra a las claras el peligro que
representa para un país tener parte importante de su industria en manos de
capitales extranjeros.
LAS
CASAS MATRICES DE LAS EMPRESAS AUTOMOTORAS ORDENARON A SUS FILIALES EN BRASIL
QUE NO EXPORTEN AUTOS A ARGENTINA HASTA TANTO ESTA NO PAGUE LA DEUDA CON LOS
FONDOS BUITRE.
En
realidad esta es más una mala noticia para el Gobiernote Brasil que para el
Argentino. Significa que las fábricas de autos deberán achicar su producción al
perder su principal cliente en el exterior y por ende seguramente habrá despidos y nuevos desocupados.
A
la Argentina superficialmente se podría decir que la medida la favorece en la
medida que implicará una traslación de clientes que antes compraban autos
brasileños y que ahora deberán comprar
autos argentinos.
Pero
simultáneamente, oh casualidad ¡ , las sucursales argentinas recibieron orden
de disminuír la producción y aumentar los stocks en patio, lo que genera un
desabastecimiento parcial del mercado.
En
ambos casos las firmas locales se perjudican para seguir las ordenes de la
Matriz, que seguramente actúa con los
ojos puestos en alguna otra consideración.
LO
DEL TITULO
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