UNA APARENTE CONTRADICCION QUE NO ES TAL.
En general la oposición uruguaya ( de derecha
mayoritariamente ) se queja de que el Gobierno no dialoga con la oposición ,
que impone sus ideas y por eso lo califica de poco democrático.
Pero por otro lado cuando el Presidente dialoga no ya con la
oposición sino con su propio partido y se deja convencer de echar atrás en una decisión, esa misma oposición se queja
de que es un presidente débil, que no manda, y que se violan los principios
democráticos porque el Partido se ha impuesto al Presidente que fue electo por el
pueblo.
Dos actitudes aparentemente contrarias para un mismo fenómeno.
Se quiere un presidente que dialogue o un presidente fuerte que no oiga ni a su
propio partido ¿?
Ni lo uno ni lo otro. Se quiere un Presidente fuerte que
aplique las ideas de la oposición y abdique de las de su Partido.
Eso es democracia para la derecha: el gobierno de la mayoría
cuando la mayoría coincide con la derecha.
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