Los
argentinos han salido de un período en el cual vivieron una ilusión, con escaso
contacto con la realidad.
Creyeron
haber mejorado sus niveles salariales y vivir mejor que antes, cuando en
realidad tenían sueldos que no eran mejores que los que fueron siempre pero que
parecían mayores porque el gobierno subsidiaba toda una serie de cosas,
distorsionando la Economía y
desestimulando la inversión.
Compraron TVs
modernas, acondicionadores de aire y toda una parafernalia de electro
domésticos porque la energía eléctrica era regalada. Y encima muchos de ellos
se dieron el lujo de por primera vez salir de las fronteras del país y hacer
turismo en los países vecinos. En Uruguay las playas más humildes se llenaron
de un nuevo tipo de turistas argentinos fácilmente
diferenciables de los que siempre veranearon “ en Punta “
Disfrutaron
además de un alto nivel de empleo, mantenido artificialmente por una política
que cerraba las fronteras al mundo y hacía que permanecieran en actividad
industrias improductivas que en un mercado abierto a la competencia no hubieran
podido sobrevivir.
La inflación
, que llegó a tocar el 34 % ( hablo en cifras de la oficina de estadísticas de
la CABA, para evitar la polémica por el INDEC ) fue abatida artificialmente
adoptando medidas administrativas y policiales de control de precios que impidieron el libre funcionamiento del
mercado y desestimularon las nversiones.
El déficit
público local se mantuvo relativamente bajo porque se cobraban altísimos
impuestos a la producción agropecuaria,, dinamitando así la principal fuente de
riqueza del país.
La balanza comercial
externa tenía un pequeño superavit pese a la recesión mundial. Superavit
ilusorio y ficticio porque se basaba en la no concesión de permisos para
importar y la imposición de altos aranceles que desestimulaban las
importaciones y obligaban a los argentnos a pagar caro lo que el resto del
mundo pagaba más barato y de mejor calidad.
Y el país estaba
muy desendeudado porque había pagado todas las deudas que se vencían haciendo
de necesidad virtud ya que nadie se las renovaba y los préstamos nuevos brillaban
por su ausencia dada la fama de conflictivo y mal pagador que el país sufría,
sumido en el desprestigio mundial.
FELIZMENTE
VINO EL NUEVO GOBIERNO A RESCATARNOS DE TODO ESO.
De entrada
cumplió su solemne proemsa electoral al pueblo argentino y devaluó la moneda ,
bajando drásticamene las retenciones, con lo cual sembró el camino para que
Argentina volviera a ocupar su lugar en el mundo como principal productor de
alimentos, y comenzó a eliminar los subsidios distorsivos..
Pero allí se
le frenó un poco el ímpetu. La suma de la devaluación , la baja de las retenciones
y la suba de las tarifas derivada de la eliminación de los subsidios determinó
una explosión inflacionaria que elevó el índice al dole del heredado. Hubo que
detener los nuevos ajustes por lo cual el
Esado está cobrando hoy sólo un 50% del costo de los servicios y no se atreve
a decretar el aumento del 100% que la realidad económica determinaría.
Comenzó a pesar
el tema de las elecciones, esas malditas elecciones en mitad de período que tan
c aro lo costaron a otros gobiernos anteriores, y tuvo entonces que caer en el
gradualismo manteniendo a disgusto ciertas normas del populismo irracional heredado.
Pero esto
hizo saltar el défcit y hubo que tomar medidas urgentes para combatirlo y
abatir la inflación.
-se elevaron
las tasas de interés a máximos históricos y mundiales para desalentar el
consumo
-se
rebajaron drásticamente las restricciones a la importación para que lo
artículos producidos en el exterior a costos menores desplazaran a los artículos
más caros producidos por la ineficiente industria local
-se votó una
ingeniosa ley de blanqueo, que tuvo un éxito rotundo, que establecía como
requisito para acogerse el pago de una multa fiscal simbólica que dada la
enorme cantidad de capitales que se blanquearon ( se calcula que se blanqueó un
30% del total de activos en negro que los argentinos tienen en el exterior ) se
constituyó en una importante fuente de recursos que permitió disimular el
déficit de 2016. Fue la primera vez en un blanqueo argentino que no se exigió a
quienes se acogieran retornar al país el dinero blanqueado, que pudieron mantener
en sus cuentas en el exterior simplemente pagando el valor fijado.
Pero las
Provincias no tuvieron dinero del blanqueo y sus déficits fueron importantes.
La solución
fue contratar préstamos en el exterior, fáciles de obtener porque Argentina
volvió al mundo y tiene buen nombre y porque tenía uno de los más bajos índices de endeudamiento
del mundo , dado que nadie le prestaba al gobierno de Cristina.
El problema
de la deuda externa y de las altas tasas de interés es que incrementan los gastos presupuestales y que
cada vez más los cortes que se hacen en los gastos estatales van a parar no a
cubrir el déficit sino al pago de intereses.
Es por eso
que los economistas próximos al gobierno sostienen que este curso de acción no
puede durar mucho más de las elecciones y que después habrá que pensar en
sacrificios.
Vayan
haciendo algunos agujeritos adicionales a los cinturones.
EL “KIRCHNERISMO DE BUENOS MODALES” COMO ALGUNOS
CALIFICAN AL GOBIERNO TIENE CORTA VIDA Y SE VIENE UN NUEVO AJUSTE, ESA VEZ EN
SERIO Y A FONDO
Como dijo un
economista : los ajustes económicos son
como la gimnasia correctiva. Si no duelen es porque los estas haciendo mal.
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