Hay un par de curiosas similitudes entre los
gobiernos, de ideas opuestas, de Lacalle y Alberto Fernandez.
En primer lugar ninguno de los dos comenzó realmente
a gobernar. Las circunstancias los han obligado a convertirse en meros administradores
de la crisis sanitaria, dejando de lado todos los planes de futuro que puedan
haberse planteado Alberto está en realidad peor, porque tiene que administrar
también la otra crisis , la de la deuda,
que Lacalle no tiene porque ha la inversa de Alberto heredó un país financieramente equilibrado portador del
investment grade de las Aencias Internacionales de Crédito.
Ambos llegaron al poder con magros márgenes de
ventaja. Fernandez con 7% .Lacalle con 1%
Ambos con un partido propio débil en votos ( 28 % en elc aso de sLacalle pero su partido
es ensi una co9alicion por lo que debe haber sacado el mismo la mitad ) Alberto
Fernandez sin ningún partido que pueda llamar de propio.
Ambos ganaron las elecciones gracias a una coalición
de movimientos, que tiene diferencias internas, sin los cuales no pueden gobernar.
Lacalle llegó con una alianza de 6 movimientos que
van desde la derecha neoliberal a la extrema derecha con matices fascistas.
Alberto con una coalición que incluye diversas
corrientes del peronismo, del pan peronismo y hasta de la izquierda.
Lacalle tuvo que negociar duramente la composición de
su gabinete pero consiguió armarlo antes de acceder al poder.
Alberto ha tenido más dificultades y aún hoy hay funcionarios
macristas en puestos de poder simplemente por los partidos del nuevo gobierno
no se han puesto de acuerdo en a quien nombrar.
Lacalle conduce su gobierno de manera personalista.
Cuando estudia una decisión oye al ministro del ramo , se forma una opinión y
despues decide. Los otros ministros ( o sea los partidos de los otros ministros
) se enteran de lo resuelto por la prensa.
Alberto es muy dialoguista.Quizás demasiado. Tiene
asesores coordinadores que se reúnen con los ministros y discuten decisiones.
Se reúne con los gobernadores e intedentes. Coordina con el Gobernador de la
Provincia de BA y el Jefe de Gobierno de la capital las medidas que adopta en
sus areas.
Alberto ha detenido
todas las iniciartivzas legislativas ajenas a la pandemia. Lacalle por
el contrario ha enviado al Congreso una ominosa ley ómnibus “ de emergencia “
que tiene parecidos con los decretos de necesidad y urgencia argentinos sólo
que no entran en vigor hasta que no sean aprobadas por el Legislativo, sea de
forma expresa o en forma tácita al
agotarse el plazo sumario para que sea discutida.
Nadie sabe que es lo que contiene , pero se presume
que debe haber varios gatos encerrados .Por algo no se la divulga. Por eso no
se quiere discutirla en el Legislativo.
Es allí donde puede el gobierno Lacalle comenzar a
imponer su visión del país que es un poco la del Chile pinochetista volver
al país agro exportador con escasa industrializacion, con salarios bajos que lo
hagan competitivo en el mundo y sindictatos debilitados y controlados para
permitir este proceso. Y con las empresas estatales creadas por el batllismo
privatizadas o lo que es lo mismo entregadas al capital extranjero.
Alberto Fernandez no es un revolucionario y ni
siquiera adhiere a las posiciones más reformistas del kirchnerismo y la
Cámpora. Aspira a una continuidad del sistema tal como está pero mitigando sus
efectos sobre las clases menos pudientes.
El temor de la clase dominante en Argentin es que
las presiones de sus aliados lo hagan ceder en sus convicciones o que la
gravedad de la crisis económica que se va desatar haga inevitable una cirugía
mayor en el sistema económico argentino, y por allí surja la fuerza de sus aliados más
a la izquierda.
Por eso quieren cursarse en salud y estan haciendo una vigorosa campaña contra
la cuarentena, que no es en realidad contra la cusarentena sino contra el
gobierno. ( Si el gobierno no la hubiera adoptado las protestas existirían pero
reclamando su adopción ). La consigna es debilitar al gobierno, hacer caer su
aprobación, agitar el fantasmas de la yegua chorra y asesina y así derrotarlo
en las legislativas imposibilitando con una mayoría de legisladores de derecha
todo intento de reformar el sistema
económico argentino.
Y lo pueden lograr. Para eso tienen dinero de sobra
para campañas y el apoyo de la gran prensa.