viernes, 16 de diciembre de 2011

LA SOCIALDEMOCRACIA EN PELIGRO DE MUERTE


LA SOCIALDEMOCRACIA ESTA MURIENDO ?


UN AMIGO HA IRRUMPIDO EN  MI BLOG ¡!!! LO DENUNCIO PUBLICAKMENTE. SE LLAMA PROF JUAN MARTIN SANCHEZ Y SE VALE DE UN RECURSO DELEZNABLE: ESCRIBE TAN BIEN QUE NO ME ATREVO A AGREGAR O QUITAR UNA PALABRA A LO QUE DICE. UNA VERDADERA COBARDIA DE SU PARTE COMO COMPRENDERAN.
HE AQUÍ EL ARTICULO QUE ESCRIBIO EXPLICANDO LA CRISIS DEL CAPITALISMO , LA SOCIAL DEMOCRACIA, EL ESTADO DE BIENESTAR.
ES , COMO UDS PRONTO COMPARTIRAN, ASQUEROSAMENTE PERFECTO.



     En  estos tiempos de crisis y de incertidumbre, donde las viejas certezas se vienen desmoronando: también se viene desmoronando el discurso único neoliberal,  la concepción dominante en el capitalismo mundial que ha sido hegemónica desde la década del 80, pero lo peor es que no parece haber un modelo capaz de reemplazarlo, no existe una alternativa, una propuesta, un discurso contra-hegemónico, las propuestas para resolver la crisis se ven demasiado similares a las que la provocaron.
       Los países desarrollados vienen experimentando un fenomenal  retroceso de sus condiciones de vida, y se encuentran sufriendo los coletazos de una crisis económica que comenzó por la falta de adecuadas regulaciones de los mercados financieros.
       Las crisis económicas en la historia con frecuencia son puntos de inflexión, marcan quiebres en las concepciones y en las políticas que los Estados aplican. Así las políticas neoliberales que han sido predominantes desde la década de los setenta surgieron en el contexto de la “crisis petrolera” y  fueron la respuesta aparente a las debilidades de los Estados de Bienestar de los países desarrollados.
       El mundo hoy vive la crisis en medio de incertidumbres, la peor de las cuales es la falta de alternativas teóricas al discurso hegemónico.
       Por ello en las líneas siguientes vamos a precisar el  concepto de Estado de Bienestar y las razones de su declinación , el mismo refleja lo que ha sido la principal propuesta programática de los partidos de centro-izquierda y socialdemócratas de todo el mundo, o al menos del mundo occidental.
 
¿Qué se entiende por   Estado de Bienestar?.
 
        Para definir el concepto tomaremos una definición, citaremos al historiador español Rafael Muñoz de Bustillo, según él: Estado de Bienestar es (El) “conjunto de actividades públicas tendientes a garantizar a cada individuo de una nación por el solo hecho de serlo, el acceso a un mínimo de servicios que garanticen su supervivencia biológica y social”.
       Esta concepción nueva de los roles del Estado, que amplia los mismo, y excede la vieja concepción liberal clásica,  se desarrollo fuertemente en Europa en el tramo de treinta años que siguen al fin de la Segunda Guerra Mundial, período que el historiador Hobsbawm denomina como “los 30 gloriosos del capitalismo”, y sin duda contribuyo a hacerlos posible.
      Como concepción ideológica el Estado de Bienestar o (Walfare State) presupone el abandono del viejo papel de “juez y gendarme” que el capitalismo liberal había asignado al Estado. La vieja concepción liberal entendía que los asuntos económicos debían estar en manos de la actividad privada dejando al Estado solamente sus fines primarios.   
      El Estado de Bienestar por el contrario entendía que el Estado como representante de la sociedad debía cumplir un rol en la construcción societal y además estaba llamado a intervenir en los asuntos económicos, para garantizar el bienestar de la ciudadanos y su desarrollo en la sociedad, garantizando a cada uno, sino la Igualdad, al menos la equidad, es decir la posibilidad de que la acción estatal eliminara las trabas que les impedían ascender en la escala social.
       En cierto modo esa concepción venía gestándose desde los años treinta (e incluso con antecedentes anteriores) y tenía una gran influencia de las políticas keynesianas, que fueron la respuesta a la crisis global del ´29.
Como se recordara John Maynard Keynes, economista británico tuvo una gran influencia por sus ideas en torna a la relación entre la Oferta y la Demanda, con una postura crítica sobre la visión clásica del capitalismo liberal, Keynes sostenía que el Estado debía contribuir con sus políticas a potenciar el crecimiento de la demanda.
Inspirados en las teorías de Keynes los Estados del mundo desarrollado, y en especial los europeos occidentales, comenzaron a realizar una fuerte intervención del Estado en la economía. Estas políticas se sostenían sobre un pacto social conocido como el “Compromiso de Posguerra” que incluía a los empresarios, trabajadores y el Estado.
       El Estado de Bienestar significo un renunciamiento a las pretensiones maximalistas de los actores, para los empresarios significó nada más y nada menos que renunciamientos en sus márgenes de ganancia, para los obreros fue un renunciamiento a la “lucha de clases”, con la mediación del Estado esos “renunciamientos” buscaron fortalecer las clases medias y mediante eso promover una expansión de la demanda y el consumo.
       Resulta obvio que el modelo keynesiano de bienestar respondía también a una necesidad concreta, no hay que olvidar que el mismo nació y se desarrolló en los tiempos de la Guerra Fría, la amenaza del socialismo real fue un buen incentivo para que el capitalismo hiciera concesiones, de alguna manera contribuyó a su “humanización”.
       Los “treinta gloriosos” del capitalismo occidental sostenidos en las concesiones a la clase trabajadores y a la clase media, así como en el rol del Estado de Bienestar fueron la mejor época del Capitalismo, su etapa más igualitaria.
       Después de allí el modelo ha venido haciendo agua, su primer traspié fue la  mal llamada “crisis petrolera de los años 70”,  la misma fue la gran interpelación al modelo keynesiano, y por tanto dio entrada las teorías económicas sostenidas por F.V. Hayek y Milton Friedman, las cuales comúnmente solemos denominar como “Neoliberalismo”.
        Las doctrinas neoliberales se convirtieron en realidades sobre todo a partir de los gobiernos de Ronald Reagan en los EEUU y Margaret Teatcher en Gran Bretaña, en nuestro región las formulaciones teóricas de los economistas neoliberales, los “Chicago boys” llegaron con los gobiernos militares de los años setenta, en especial con la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.
        Por supuesto que la declinación del Estado de Bienestar no solo se debe a la crisis de los años 70, también la propia globalización de la economía viene conspirado contra las políticas de bienestar.
        La crisis económica de los 70 no es la única razón que explica el ocaso del “Walfare State” y el triunfo de las políticas neoliberales, existen demás otros factores entre ellos: I) el proceso de la globalización de la economía, con la consiguiente transnacionalización del capital, ese proceso viene erosionando las economías de los países desarrollados, en especial sus sectores secundarios, y al mismo tiempo al decir del sociólogo alemán Ulrich Beck viene generando  una “hemorragia fiscal”. II) el otro factor es por supuesto la demografía, las transiciones demográficas tan beneficiosas en otras épocas están ahora conspirando contra la sostenibilidad del Estado de Bienestar.
 
¿El ocaso de la Socialdemocracia?.
 
      La crisis de las políticas de bienestar viene a su vez arrinconando a los partidos socialdemócratas de todo el mundo. Fenómeno que resulta muy perceptible en el caso de los partidos de centro-izquierda europeos que han debido claudicar en aspectos centrales de sus viejos idearios.
       Así ante la perdida de parte de sus políticas los partidos socialdemócratas europeos abrazaron (como muchos lo hicimos también en su momento, erróneamente) la propuesta de una “tercera vía” que en los hechos pocas diferencias reales tenía con las políticas de mercado propuesta por los partidos conservadores. Como se recordara el exponente teórico de la “tercera vía” es el prestigioso sociólogo británico Anthony Giddens, asesor de gobierno laborista de Tony Blair.
        En los hechos hay que reconocer que las políticas del laborismo británico y las de otros gobiernos socialdemócratas europeos han diferido poco de las prolíficas económicas de sus adversarios conservadores. Quizás por ellos ante la orfandad ideológica los partidos de centro-izquierda europeos parecen haber abandonado a Marx y a Keynes, y han abrazado a Foucault y las propuestas contraculturales emergidas de los campus universitarios de EEUU y Europa, al menos por el momento allí aún pueden encontrar algo que los diferencie de sus obtusos adversarios conservadores.
        Es innegable que la socialdemocracia como ideología y como movimiento, esta pasando por un mal momento, vive un proceso de crisis, de indefensión ideológica y programática, que la deja a merced de quedarse sin nada que ofrecer. Es evidente que no basta solo con ofrecer un “neoliberalismo con rostro humano”, sino que amplios sectores sociales están buscando una alternativa a la hegemonía de un discurso único cuyos efectos ahora son más patentes que nunca para las poblaciones de los propios  países desarrollados.
        Por supuesto que esta crisis de la izquierda también ha afectado a los partidos uruguayos. Siempre se reprocha (de forma correcta) la falta de Batllismo en las propuestas económicas del Partido Colorado, Pero ¿y la izquierda? Alguien puede dudar que las políticas del equipo económico de Astori también sean neoliberales? En los hechos no difieren en lo fundamental de las propuestas de Vegh Villegas, o de las políticas aplicadas en los años noventa.
         También los socialdemócratas uruguayos, ya sean Batllistas, Frentistas, o Wilsonistas parecen haberse quedado sin agenda. Sin la capacidad de proponer un modelo contrario al discurso neoliberal en materia económica.
         Todo esto no deja de ser muy preocupante, no solo porque las políticas de bienestar son las que le dieron al capitalismo sus mejores años, y son garantía de equidad social, un concepto muy desusado últimamente, en que parece predominar el “haz la tuya”, sino también porque ha dejado la discusión sobre lo económico(o mejor dicho la falta de discusión sobre…) fuera de la polémica política. Lo cierto es que nadie en el  espectro político nacional o internacional parecer ser capaz de formular una alternativa coherente, existe una gran orfandad, y la verdad es que los socialdemócratas no sabemos que hacer. Solo nos queda la certeza de que de continuar las cosas como van el futuro puede ser peor que el pasado, al menos en materia de equidad social.
        Al final, ¿tendrá razón Wallerstein cuándo afirma que la Socialdemocracia ya no existe?, los hechos parecen confirmar esta posibilidad. Solo podemos ver la situación con profunda preocupación. De ser así las generaciones futuras tendrán un motivo de reproche sincero a las actuales, por no haber sido capaces de defender lo que se había conquistado, sería una de las pocas veces en la Historia Humana que una generación va a no poder disfrutar de una conquista lograda por su antecesora,se mire como se mire, eso es un retroceso.
Hasta la próxima

PROF JUAN MARTIN SANCHEZ

NOTA : ESTA REPRODUCCION CUENTA CON LA AUTORIZACION DEL AUTOR.

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