PARA LA DERECHA UN GOBIERNO ES DEMOCRATICO Y REPUBLICANO CUANDO ADOPTA DECISIONES EN PERJUICIO DE LA MAYORIA DE LA POBLACION Y FAVORECIENDO A LA MINORIA ADINERADA. SI POR EL CONTRARIO FAVORECE A LO QUE PODRIAMOS LLAMAR EL PUEBLO, ES U N POPULISMO ASQUEROSO Y AUTORITARIO.
DESPUES SE ASUSTAN QUE, CREYENDO EN ESTA DEFINICION , HAYA GRANDES SECTORES DE LA POBLACION DE AMERICA LATINA QUE DESCREEN DE LA DEMOCRACIA.
SI DEMOCRACIA FUERA LO QUE LA NACION DICE, YO TAMPOCO SERIA DEMOCRATA.
Pero más allá del rechazo a la política económica -el motivo verdadero de la derrota macrista-, las PASO dejaron al desnudo la puja de fondo entre las dos Argentinas enfrentadas. No solo se trata de dos modos de ver la política sino, también, la vida. A una se la podría llamar cultura democrático-republicana. A la otra, sensibilidad populista. Ambas Argentinas tienen sus propias interpretaciones, biblias, valores, héroes y villanos. El populismo lleva décadas de entrenamiento, de allí su éxito. Si nos guiamos por las dos últimas PASO, el voto que representa a la cultura democrático-republicana abarca entre un 30 y un 35 por ciento de la sociedad. Expresa el voto duro de Cambiemos y, en general, al no peronismo. De ese lado del universo se cree en la división de poderes, las visiones de largo plazo, respetar las reglas del Estado de Derecho, una prensa independiente. Del lado populista de la vida, digamos, las cosas son muy distintas. Allí funciona la dicotomía patria/antipatria. Macri -claramente la antipatria- vino a abortar un proceso popular, bajarles el salario a los trabajadores y destruir a las pymes. La felicidad de unos es la desgracia de otros.
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