El Gobierno Macri está firmemente decidido a
presentar la batalla final contra la inflación. La meta es cerrar 2017 con un
índice que se desea no sea superior al 18% , pero que en el peor de los casos
de ninguna manera supere el 25%, con lo que Argentina volvería al ritmo de
inflación con que cerró su gestión el Gobierno de Cristina Kirchner, y dejaría
atrás el aceleramiento al 40% provocado por el “sinceramiento“ de las tarifas
públicas por la eliminación de los subsidios y el alza en los precios de los
artículos comestibles derivada de la baja en las retenciones a las exportaciones
agropecuarias y la devaluación del 70% del peso en el mercado oficial de
cambios, que redujo drásticamente la diferencia con el merado negro , que
habiendo tocado el 100% en el interregno entres
los dos gobiernos, se sitúa hoy en un modesto nivel entre 5 y 7%.
El problema que enfrenta el Gobierno para alcanzar tan
ambiciosa meta es que los efectos de la actualización de tarifas no
desaparecerá por completo en 2017 y ya
se anuncian fuertes aumentos en electricidad, gas y agua, mientras que el
aumento en el precio de los combustibles amenaza desparramarse por toda la
economía y principalmente por los precios de los artículos de consumo más
masivo a través del incremento del costo del trasporte de los productos, desde
los establecimientos productores a los supermercados, con las diversas etapas
intermedias.
El Gobierno cuenta con dos arams poderosas para
contrarrestar estos efectos negativos :
1-EL TIPO DE CAMBIO Y LA IMPORTACION DE BIENES- Hay un verdadcero tsunami de ingreso de dólares a la plaza ( dólares, euros, francos suizos , en realidad ) derivado de la exitosa gestión en el exterior para obtener préstamos en moneda extranjera que vienen realizando tanto el gobierno federal como los gobiernos provinciales. Los masivos ingresos de moneda extranjera no encuentran compradores en la plaza ya que por obra y gracia de la depresión económica no hay grandes proyectos de inversión que los requieran, y por ende su destino es por un lado ser compradas por el Banco Central para incrementar las reservas en monedea extranjera que han vuelto a niveles record dándole a los balances oficiales una solidez que acelera el proceso de captación de nuevos préstamos extranjeros, y la venta en el mercado de cambios que provoca la caída del tipo de cambio y el consecuente abaratamiento de los artículos importados ( ya se están importando cosas como cebollas zanahorias, etc. ) que ponen un límite a los reajustes de precios de los productores locales.
1-EL TIPO DE CAMBIO Y LA IMPORTACION DE BIENES- Hay un verdadcero tsunami de ingreso de dólares a la plaza ( dólares, euros, francos suizos , en realidad ) derivado de la exitosa gestión en el exterior para obtener préstamos en moneda extranjera que vienen realizando tanto el gobierno federal como los gobiernos provinciales. Los masivos ingresos de moneda extranjera no encuentran compradores en la plaza ya que por obra y gracia de la depresión económica no hay grandes proyectos de inversión que los requieran, y por ende su destino es por un lado ser compradas por el Banco Central para incrementar las reservas en monedea extranjera que han vuelto a niveles record dándole a los balances oficiales una solidez que acelera el proceso de captación de nuevos préstamos extranjeros, y la venta en el mercado de cambios que provoca la caída del tipo de cambio y el consecuente abaratamiento de los artículos importados ( ya se están importando cosas como cebollas zanahorias, etc. ) que ponen un límite a los reajustes de precios de los productores locales.
2-LOS INDICES DE REAJUSTE DE SALARIOS EN LOS CONVENIOS
COLECTIVOS- El Gobierno tiene la decisión de no permitir que se celebren
acuerdos que involucren aumentos salariales superiores al 18% esperado de
inflación, y ya lo ha demostrado endureciendo las negociacioens con los gremios
docentes con el apoyo de los principales
Gobernadores ( peronistas incluídos ) y vetando el acuerdo de los Bancos con el Sindicato que establecía
aumentos superiores. Es claro que esta política representa consagrar una rebaja
generalizada de salarios, ya que los aumentos no son para compensar la
inflación futura sino para restituír a los salarios el poder adquisitivo
perdido por obra de la inflación pasada, que se sitúa más cercana al 40% que al
18% Estaríamos hablando entonces de una rebaja generalizada de salarios del
22%, que en el fondo sería el éxito de la política de tornar a Argentina más
competitiva en el mundo haciendo que su salarios que hoy en día son más altos que
el de otros países del mundo pobre, se
acerquen a ellos. Es claro que esto provocará la resistencia de los sindicatos,
pero ya se sabe por experiencias pasadas que los Sindicatos pierden mucho poder
de movilización cuando hay desempleo porque mantener el empleo pasa a ser la preocupación
primaria de los trabajadores y con fábricas que todos los días se rinden a la
competencia exterior, cierran y despiden a sus trabajadores no está el horno
para bollos para intransigencias
salariales.
TODOS LOS ANALISTAS POLITICOS COINCIDEN EN QUE SI
EL GOBIERNO PUEDE EXHIBIR ANTES DE LAS ELECCIONES UNA SUSTANCIAL CAIDA DEL INDICE
DE INFLACION, TIENE MEDIA ELECCION GANADA. LA OTRA MITAD LA GANARIAN LAS
DENUNCIASDE CORRUPCION , TRAICION A LA PATRIA Y HASTA ASESINATO QUE PESAN
CONTRA EL GOBIERNO ANERIOR.
Y los economistas ortodoxos cercanos al Gobierno y
a la media insisten en afirmar que al aumento en las tarifas es en realidad una
medida anti inflacionaria porque elimina el déficit público y la necesidad de
emitir moneda que junto con los elevados salarios es la causa fundamental de la
inflación
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