Miles
marchan en silencio, coreando por un momento nombres y entonan el
himno... decenas de años después, sin esperanza de que sobrevivierán la
muerte y la tortura o la ejecución. Marcha en silencio, sin
estridencia, solo pidiendo claridad y verdad. Justicia y fin de la
angustia de las certezas sin reencuentro por el injustificable
ocultamiento Como se puede vivir después de tanto tiempo sin hablar,
sin confesar del modo que fuere, que fue de ellos, los que no están
porque los desaparecieron. Paso demasiado tiempo. Muchos de quienes
tienen que saber, son personas al límite de su vida. Se llevarán ese
secreto cruel a las mismas tumbas que les niegan a sus víctimas. Están
todos tan convencidos en la barbarie, para no dejar siquiera
anónimamente la información de donde los pusieron o que hicieron con sus
cuerpos castigados. Es tanto el odio acumulado vivo después de tantas
décadas. . En poco tiempo de diferencia vietnamitas y estadounidenses se
reconciliaron después de una de las guerras más crueles e inhóspitas
de la historia y se informan destinos de los cuerpos . Y aquí nosotros y
entre nosotros los uruguayos, queda tanta inhumanidad para no informar
lo elemental. Los jóvenes oficiales de ayer viejos hombres de hoy no
tienen nada que decir,? . Ellos ordenaron o cumplieron ordenes infames
de que otros desaparecieran esos cuerpos y estos soldados de ayer
también se llevarán el secreto, el derecho de saber lo hecho y el
destino final de ese puñado de vidas perdidas que nos sofoca en la
ignominia . Sería irredimible..... No parece mucho pedir dejar el dato
en silencio si no les da para dar la cara y redimirse. Una infamia de
ejecución continua contra el derecho a saber donde están sus restos.
Porque su rostro y su memoria esa necedad inexplicable los ha hecho aún
más permanentes. Los uruguayos pedimos la respuesta. No hay honor en
el horror de ver sufrir después de hacer sufrir y guardar silencio cruel
como si fuera un mérito. Más allá de la barbarie, imposible entender,
el silencio cómplice priva de paz a las familias y amigos de quienes hoy
serían tan viejos como ellos. Mas allá de la ilusión de la justicia
necesaria, mantengo la esperanza en que comience un proceso espontáneo
de información sobre el destino de lo que hoy también nos falta. Saber
donde los dejaron o que hicieron con ellos, para terminar con la
angustia de la incertidumbre más allá de la certeza, más allá del
dolor, superando la lascerante incertidumbre empapada de incomprensible
falta de piedad hacia quienes esperan saber para vivir su dolor en paz.
El estado jamás renunciara a saber, ni tendrá forma de dejar de buscar.
El maravilloso adamiaje nacional e internacional de protección de los
Derechos Humanos de hoy no deja margen ni para dejar de buscar, ni para
prescindir un olvidar. Tarde o temprano la verdad los alcanzará.
Luis Baietti Tu escrito me parece brillante y conmovedor. Digno de ti y de Andrés , que no por nada los respeto y los admiro, aún en los momentos – que existen y no son pocos- en los que no concordamos. Porque hay algo básico : yo concuerdo con uds. en los fines. No a veces en los instrumentos.
En este conmovedor problema no tengo como no estar de acuerdo en fines y en instrumentos. Y una reflexión : como enseña la doctrina cristiana, que yo respeto y admiro por más que continúe siendo agnóstico, hay que saber perdonar porque sin el perdón no hay paz para nadie. PERO EL PERDON TIENE UN REQUISITO PREVIO , QUE ES EL ARREPNTIMIENTO .Y de qué arrepentimiento podemos hablar cuando algunos de los victimarios continúan torturando a las familias de sus víctimas negándoles el más elemental de los derechos que es el de llorar a sus muertos sobre sus lugares de reposo eterno . Y qué decir de los que callan sobre el destino de las criaturas que secuestraron y están aún en manos ajenas. SEÑORES : TENGAN AHORA QUE EL TIEMPO HA PASADO UN ACTO DE HUMANIDAD QUE NOS PERMITA VOLTEAR LA PAGINA-DIGAN QUE HICIERON CON LOS DESAPARECIDOS. DIGAN QUE HICIERON CON LOS NIÑOS QUE FALTAN A SUS FAMILIAS.
Y un recuerdo final : el delito que esta gente ha cometido es imprescriptible, porque está siendo cometido aún hoy, y los seguirán cometiendo mientras sigan callando.
Luis Baietti Tu escrito me parece brillante y conmovedor. Digno de ti y de Andrés , que no por nada los respeto y los admiro, aún en los momentos – que existen y no son pocos- en los que no concordamos. Porque hay algo básico : yo concuerdo con uds. en los fines. No a veces en los instrumentos.
En este conmovedor problema no tengo como no estar de acuerdo en fines y en instrumentos. Y una reflexión : como enseña la doctrina cristiana, que yo respeto y admiro por más que continúe siendo agnóstico, hay que saber perdonar porque sin el perdón no hay paz para nadie. PERO EL PERDON TIENE UN REQUISITO PREVIO , QUE ES EL ARREPNTIMIENTO .Y de qué arrepentimiento podemos hablar cuando algunos de los victimarios continúan torturando a las familias de sus víctimas negándoles el más elemental de los derechos que es el de llorar a sus muertos sobre sus lugares de reposo eterno . Y qué decir de los que callan sobre el destino de las criaturas que secuestraron y están aún en manos ajenas. SEÑORES : TENGAN AHORA QUE EL TIEMPO HA PASADO UN ACTO DE HUMANIDAD QUE NOS PERMITA VOLTEAR LA PAGINA-DIGAN QUE HICIERON CON LOS DESAPARECIDOS. DIGAN QUE HICIERON CON LOS NIÑOS QUE FALTAN A SUS FAMILIAS.
Y un recuerdo final : el delito que esta gente ha cometido es imprescriptible, porque está siendo cometido aún hoy, y los seguirán cometiendo mientras sigan callando.
Bien Luis!
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