ES QUIZAS EL ASPECTO MAS CRUEL E INDIGNANTE DE LA
POLITICA SEGUIDA POR EL GOBIERNO MACRI.CASI UN GENOCIDIO A ESCONDIDAS.
Era inevitable que la política económica del gobierno
Macri provocara una aguda crisis financiera en el PAMI.
El Pami se financia básicamente a través de las
contribuciones que hacen los jubilados y los trabajadores vía descuento en sus
haberes.
Con el alza en el desempleo provocada por el cierre
de empresas y la reconversión de muchos trabajadores en cuentapropistas, por la
tercerización de los servicios, el PAMI
sufrió una fuerte disminución del número de contribuyentes.
A su vez estos contribuyeron con valores
declinantes ya que sueldos y jubilaciones
perdieron sistemáticamente para la inflación y por lo tanto los aportes también
cayeron.
Frente a esta caída en el volumen de ingresos se
produjo una brutal alza en los costos , derivada del aumento de los
medicamentos que gracias al poder monopolico de los laboratorios, superó con
creces a la inflación llegando a
aumentar 3 veces más que el índice de inflación, ya de por si insufrible.
Comprometido con el FIM a cortar el déficit estatal,
el PAMI entonces se convirtió en un grave problema para el gobierno Macri que
intentó resolverlo reduciendo las prestaciones por dos vías fundamentales :
1- Cortando
el número de beneficiarios estableciendo límites más bajos para determinar que
una persona está en una posición económica tal que puede pagarse sus medicamentos
y por lo tanto no recibirá beneficios del PAMI
2- Cortando
el número de medicamentos que se ofrecen. Fueron retirados aproximadamente el
50% de los medicamentos, quedando el Pami con un vademecum muy restrictivo de
que es lo que reciben sus beneficiarios, que pasaron a tener que comprarse la
otra mitad. Se han visto cuadros desgarradores de viejitos que van a la
farmacia, preguntan el precio de un remedio y se retiran llorando sin
comprarlo. Son comunes las consultas a los farmacéuticos acerca de cual de una
lista remedios es menos peligroso suprimir, o que pasa reduciendo la dosis a la
mitad para que la caja dure más. Se registra además un índice muy bajo de
consultas médicas, pues gran parte de los ancianos ya no va al médico porque saben
que les van a recetar un medicamento y no tendrán dinero para comprarlo.
3- Hubo
una tercera vía aún más cruel : la imposición de pesados trámites burocráticos
para conceder beneficios. Los jubilados muchas veces se vieron obligados a
realizar interminables trámites a los que siempre les faltaba una firma o un
sello para ser atendidos. Esto asumió un cariz dramático en el caso de
beneficiarios del interior, que por cada trámite debían a menudo incurrir en
pesados gastos de trasporte para acercarse a las oficinas de atención.
Finalmente, en una cruel ironía , el gobierno contrató a
precio de oro una consultora para que elaborara un estudio de como mejorar los
servicios, llevándose el dinero que se le retaceaba a la atención.
Y el colmo de lo
irritante fueron los stocks de medicamentos que quedaron en los depósitos del Pami
llegando sin ser distribuídos a la
caducidad de su vigencia. Esto porque el Pami cuando eliminó ciertos remedios
de su lista, tenía hechas compras de gran volumen que al no ser distribuidas
entre los beneficiarios fueron a parar al depósito.
Por último se constató
una cartelización de las firmas que vendían suministros al Pami, que hacía que
los precios fueran más elevados que los que se practican en plaza.
En suma que por medio de
una serie de medidas que privaron a los jubilados de asistencia se buscó
nivelar el presupuesto, eliminando el défict.
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