Una de las realizaciones del gobierno de Pinochet
de las cuales el General se vanagloriaba más era la de haber resuelto el
problema crónica del sistema previsional estatal, que venìa sufriendo con el
envejecimiento de la población y con la caída del nivel salarial y del nivel de
empleo que castigaban los aportes que ingresaban al sistema.
El cambio radical del sistema fue una propuesta de
los economistas ortodoxos neoliberales que asesoraban al Presidente y estaba en
línea con las recomendaciones del FMI para otros países deudores. Sólo que Pinochet
, que disfrutaba del poder absoluto y de la manera impiadosa con que adoptaba medias, fue el que lo adoptó primero
y el que lo llevó a las últimas consecuencias .
Eran básicamente dos cambios radicales en uno :
A)
El Estado se retiraba del sistema previdenciario
que pasa a ser administrado por Empresas privadas. ( Bancos y Financieras )
B)
Se pasa del sistema de reparto que es
el vigente al sistema de capitalización
Qué diferencia hay
entre los dos ¿? En el sistema de reparto el Ente que administra las
Jubilaciones recibe los aportes patronales y de los empleados y con ese dinero
debe atender las jubilaciones vigentes. Las personas cuando se jubilan reciben
un determinado porcentaje del sueldo que recibían cuando estaban activos, que
es proporcional a los años trabajados, la edad, etc. La aspiración natural y las demandas de los jubilados
es a recibir un sueldo comparable al que tenían cuando trabajaban.
En el sistema de
capitalización no existe esa conección entre el sueldo del empleado con su
jubilación.
Todo lo que el trabajador
aporta cuando está en actividad, más lo
que aporta su patrón es acreditado en una cuenta individual a nombre del
trabajador. La Fiinanciera que administra el sistema realiza inversiones de los
fondos que componen la sumatoria de las cuentas individuales, obtiene rentas y
las acredita proporcionalmente en la cuenta de cada uno. Se cobra además una
comisión de gestión y tiene las comisiones por la compra y venta de títulos.
Cuando llega el momento de jubilarse lo que el trabajador recibirá no es una función
del sueldo que percibía sino del capital que ha reunido en su cuenta. Ese
capital dividido por la cantidad de años de vida esperada conforme los cálculos
actuariales, es el que determina cuánto recibirá, que podrá ser más o también menos que el
sueldo , dependiendo del éxito o fracaso de las inversiones que hizo la Administradora.
El sistema en sus
comienzos fue sensacional y provocó admiración en el mundo. Porque las
Financieras recibían los aportes y no tenían jubilaciones para pagar ya que
todos los afiliados eran nuevos. Consecuentemente acumularon rápidamente
grandes volúmenes de capital que pasaron a colocar dentro y fuera de Chile ( por ejemplo una de las Financieras fue
dueña del servicio de Subtes de la Ciudad e Buenos Aires ) . Chile parecía
haber descubierto una manera de generar capìtales e inversión.
Claro, la contrapartida
era que el Estado se había quedado con las jubilaciones preexistentes y que
ahora no recibía ingresos que iban para las Financieras. Consecuentemente el
déficit del sistema previsional pasó a ser del 100% de las jubilaciones pagas.
El duro régimen de Pinochet pudo administrar esta pérdida que se fue achicando
año a año a medida en que las jubilaciones iban perdiendo poder adquisitivo y
no eran ajustadas ( hubo muchos suicidios en Chile por este motivo ) y a medida
en que los jubilados iban falleciendo.
Pero todo pareció
funcionar a las mil maravillas. El problema apareció cuando los primeros trabajadores
comenzaron a jubilarse y constataron que contrariamente a lo que habían sido llevados
a creer sus jubilaciones eran sustancialmente menores a los salarios por los
cuales habían aportado, fruto de que las inversiones de las Financieras no
habían sido tan exitosas e inclusive en
algunos casos habían generado pérdidas.
Jurídicamente no tenían
ningún derecho a reclamar porque ellos habían aceptado las condiciones y una de
ellas era que el valor de la jubilación se determinaba matemáticamente por el
dinero ahorrado y sus rentas ( fueran ellas ganancias o pérdidas) y en ningún
momento se hacía referencia al valor del salario en actividad.
Pero las protestas
fueron muy intensas y ello obligó a que una vez más el Estado , que había privatizado
las ganancias socializara las pérdidas. El gobierno chileno aseguró por Ley que
las jubilaciones hasta un cierto valor de subsistencia recibiría un complemento
del Estado para alcanzar el valor del salario en actividad, porque de lo
contrario el jubilado quedaba condenado a la miseria.
Ahora son los
jubilados de escalones medios y superiores que protestan contra la estafa de que fueron
objeto y reclaman volver al sistema del reparto.
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