lunes, 25 de julio de 2016

EL GRAN ACIERTO DE PINOCHET

Una de las realizaciones del gobierno de Pinochet de las cuales el General se vanagloriaba más era la de haber resuelto el problema crónica del sistema previsional estatal, que venìa sufriendo con el envejecimiento de la población y con la caída del nivel salarial y del nivel de empleo que castigaban los aportes que ingresaban al sistema.
El cambio radical del sistema fue una propuesta de los economistas ortodoxos neoliberales que asesoraban al Presidente y estaba en línea con las recomendaciones del FMI para otros países deudores. Sólo que Pinochet , que disfrutaba del poder absoluto y de la manera impiadosa con que  adoptaba medias, fue el que lo adoptó primero y el que lo llevó a las últimas consecuencias .
Eran básicamente dos cambios radicales en uno :
A)              El Estado se retiraba del sistema previdenciario que pasa a ser administrado por Empresas privadas. ( Bancos y Financieras )
B)              Se pasa del sistema de reparto que es el vigente al sistema de capitalización
Qué diferencia hay entre los dos ¿? En el sistema de reparto el Ente que administra las Jubilaciones recibe los aportes patronales y de los empleados y con ese dinero debe atender las jubilaciones vigentes. Las personas cuando se jubilan reciben un determinado porcentaje del sueldo que recibían cuando estaban activos, que es proporcional a los años trabajados, la edad, etc.  La aspiración natural y las demandas de los jubilados es a recibir un sueldo comparable al que tenían cuando trabajaban.
En el sistema de capitalización no existe esa conección entre el sueldo del empleado con su jubilación.
Todo lo que el trabajador  aporta cuando está en actividad, más lo que aporta su patrón es acreditado en una cuenta individual a nombre del trabajador. La Fiinanciera que administra el sistema realiza inversiones de los fondos que componen la sumatoria de las cuentas individuales, obtiene rentas y las acredita proporcionalmente en la cuenta de cada uno. Se cobra además una comisión de gestión y tiene las comisiones por la compra y venta de títulos. Cuando llega el momento de jubilarse lo que el trabajador recibirá no es una función del sueldo que percibía sino del capital que ha reunido en su cuenta. Ese capital dividido por la cantidad de años de vida esperada conforme los cálculos actuariales, es el que determina cuánto recibirá,  que podrá ser más o también menos que el sueldo , dependiendo del éxito o fracaso de las inversiones que hizo la Administradora.
El sistema en sus comienzos fue sensacional y provocó admiración en el mundo. Porque las Financieras recibían los aportes y no tenían jubilaciones para pagar ya que todos los afiliados eran nuevos. Consecuentemente acumularon rápidamente grandes volúmenes de capital que pasaron a colocar dentro y fuera de Chile  ( por ejemplo una de las Financieras fue dueña del servicio de Subtes de la Ciudad e Buenos Aires ) . Chile parecía haber descubierto una manera de generar capìtales  e inversión.
Claro, la contrapartida era que el Estado se había quedado con las jubilaciones preexistentes y que ahora no recibía ingresos que iban para las Financieras. Consecuentemente el déficit del sistema previsional pasó a ser del 100% de las jubilaciones pagas. El duro régimen de Pinochet pudo administrar esta pérdida que se fue achicando año a año a medida en que las jubilaciones iban perdiendo poder adquisitivo y no eran ajustadas ( hubo muchos suicidios en Chile por este motivo ) y a medida en que los jubilados iban falleciendo.
Pero todo pareció funcionar a las mil maravillas. El problema apareció cuando los primeros trabajadores comenzaron a jubilarse y constataron que contrariamente a lo que habían sido llevados a creer sus jubilaciones eran sustancialmente menores a los salarios por los cuales habían aportado, fruto de que las inversiones de las Financieras no habían sido tan exitosas  e inclusive en algunos casos habían generado pérdidas.
Jurídicamente no tenían ningún derecho a reclamar porque ellos habían aceptado las condiciones y una de ellas era que el valor de la jubilación se determinaba matemáticamente por el dinero ahorrado y sus rentas ( fueran ellas ganancias o pérdidas) y en ningún momento se hacía referencia al valor del salario en actividad.
Pero las protestas fueron muy intensas y ello obligó a que una vez más el Estado , que había privatizado las ganancias socializara las pérdidas. El gobierno chileno aseguró por Ley que las jubilaciones hasta un cierto valor de subsistencia recibiría un complemento del Estado para alcanzar el valor del salario en actividad, porque de lo contrario el jubilado quedaba condenado a la miseria.

Ahora son los jubilados de escalones medios y superiores  que protestan contra la estafa de que fueron objeto y reclaman volver al sistema del reparto.

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