ISRAEL ES EL UNICO PAIS DEMOCRATICO DEL MEDIO
ORIENTE. Es una aseveración que se oye
casi siempre que se critica alguna acción del gobierno del Estado de Israel,
como si el hecho de que un gobierno fuera democráticamente electo justificara
todo lo que haga. Si así fuera habría que justificar las acciones de Bush Jr y
tantos otros gobernanetes que cometieron asesinatos y tropelías por el mundo,
pero que tuvieron orígenes democráticos y hasta gobernaron dentro de las reglas
establecidas por las Constituciones de sus países.
PERO NO SE PUEDE NEGAR QUE LA AFIRMACION TIENE
MUCHO DE VERDADERA. Israel está en efecto rodeado por una serie de Estados que
padecen de gobiernos que no tienen nada de democráticos, donde hay Autócratas
que se valen de los más diversos nombres y Titulos ( reyes,Sultanes,. qué se yo ).
Las dos
excepciones , limitadas, son la REPUBLICA DEL LIBANO Y EL IRAN-En el Libano la
democracia está limitada por una compleja
división de cargos por religión que
establece por ejemplo que el Presidente
debe ser Cristiano Maronita y el Primer MInistro musulman suni.
En el Iran hay una compleja estructura hibrida con un gobierno electo democráticamente, pero
cuyos candidatos para serlo tienen que tener primero la aprobación de las autoridades
religiosas que se reservan el mando supremo y la conducción de las fueras
armadas. Una suerte de “ democracia tutelada“
que salvando en mucho las distancias
guarda cierta similitud con el que hubiera tenido Uruguay si hubiera triunfado
la Reforma Constitucional propuesta por el régimen militar que creaba una
suerte de cuarto poder con derecho de
veto sobre los demás poderes, y que estaba integrado en su mayoría por
militares.
Las Instituciones democráticas de Israel bien
podrían ser objeto de envidia por parte de muchos países en el mundo ,
inclusive en el mundo occidental, así como la independencia de la Justicia y la
absoluta libertad de expresión que no cesa de asombrar por ejemplo en el caso
del cine de Israel que repetidamente ha tratado temas engorrosos como el enfrentamiento entre judíos y palestinos y
lo ha hecho con una objetividad que causa asombro y admiración.
PERO HASTA QUE PUNTO ES ISRAEL TOTALMENTE UNA
DEMOCRACIA ¿? Lo es indudablemente para sus ciudadanos judíos. Pero no tanto para
sus ciudadanos de origen árabe, que tienen algunas restricciones graves tanto
en el ejercicio de sus derechos como ciudadanos como en en la libre elección de
los lugares donde habitan. ( Estoy hablando de los que son ciudadanos de Israel
y viven en Israel, no de los que viven
en lso territorios ocupados que tienen un régimen totalmente diferente.)
ES QUE
HAY UN PROBLEMA DE FONDO. Si Israel es por definición y seguirá siendo per
secula seculorum UN ESTADO JUDIO va de suyo que quienes no son judíos no pueden
tener los mismos derechos que los demás , porque se corre el riesgo de que
debido a la diferente tasa de natalidad algún día el hoy 20% de àrabes que
viven bajo la ley israelí pasen a ser
un porcentaje mayor o inclusive a ser
mayoría, y entonces desnaturalizar el Estado que no fue creado para que lo
gobierne cualquiera sino para ser
gobernado por los judíos que viven en él.
Es como si los EEUU hubieran sido creados como un ESTADO
ANGLOSAJON por definición. Obama no hubiera podido jamás ser su presidente.
Es el tema que aludió brillantemente el Secretario
de Estado de EEUU John Kerry en su discurso. Qué pasa si la extrema derecha de
Israel consigue su objetivo de convertir en letra muerta la resolución de la
Onu que creó dos estados : uno judío y otro palestino dividiendo entre ambos el
territorio que estaba bajo jurisdicción británica.
Que pasa ,
peor aún, si la extremísima derecha israelí conquista el sueño de –nuevas guerras
mediante- recuperar el total de la TIERRA PROMETIDA que se extiende hasta el
Rio Eufrates y abarca por consiguiente territorios de los otros estados árabes
vecinos ¿?
Israel pasaría a tener en su seno una vasta
población musulmana y tendría entonces que plantearse el dilema de SEGUIR
SIENDO JUDIO O SEGUIR SIENDO DEMOCRATICO. No podría seguir siendo las dos cosas
a la vez. (Esto porque no creo que haya una cabeza lo suficientemente insana
como para pensar en LA SOLUCION FINAL AL PROBLEMA PALESTINO, frase que
infelizmente sabemos todos muy bien qué quiere decir.)
Y es un poco como , salvando en mucho las
distancias, ocurría en las ciudades democráticas griegas, que nos legaron este
bello concepto. En ellas los ciudadanos se reunían en Asambleas y decidían en
el voto las principales cuestiones de gobierno. Pero podían hacer esto porque
allá en sus propiedades los no ciudadanos, que no tenían estos derechos
continuaban trabajando y cuidando de sus haciendas.
De hecho hay en el Estado de Israel actual dos
movimientos minoritarios que buscan una solución a este problema.
Por un lado la derecha nacionalista sionista que pregona
la expulsión de los ciudadanos judíos de origen árabe hacia los países árabes
Por otro lado está el movimiento que incluye a los
israelies de origen árabe y un importane sector de intelectuales judíos que
pregonan el fin de la definición de Israel como Estado judío y que pase a ser
el Estado de todos los que viven y son ciduadanos en él, independientemente de
su raza o religión como ocurre con todos los estados del Occidente democrático.
ANEXO
Si bien desde 1967 en adelante Israel ha venido
derogando AL MENOS EN EL PAPEL las leyes que discriminaban a su población de
origen árabe, lo cierto es que es un sector de la población que sufre de un
atraso en su situación económica, social y habitacional , edificado a partir de
las fuertes leyes discriminatorias que existieron en el Estado desde su
creación hasta años recientes.
No hay un apartheid legal, pero la triste realdiad
es que un ciudadano israelí de origen árabe jamás conseguirá por ejemplo
alquilar una vivienda en los barrios de la ciudad donde viven los ciudadanos “auténticamente “ israelíes.
El texto que trasncribo a continuación (EN AZUL ) ,
extraído de WIKIPEDIA analiza exhaustivamente ese proceso
Tras la guerra de 1948, los árabes de
Israel configuraron en sus inicios un sector social totalmente desestructurado,
en el que sólo la familia permanecía como institución, y sometido a la
administración militar del Estado judío, que, como tal, era reacio en principio
a concederles derechos de ciudadanía,
algo que sin embargo hizo en 1952. Se les impidió vivir en otro lugar que no
fuera aquel en el que se encontraban al acabar la guerra, se les prohibió
adquirir tierras o construir casas (e incluso remodelar las existentes) y se
les alejó de los beneficios sociales israelíes (sanidad, cargos públicos,
productos subvencionados...). Las zonas geográficas donde se concentraban
permanecieron bajo administración militar hasta 1966: una parte del Néguev,
zonas de la frontera noroccidental con Cisjordania y la Galilea en torno a Nazaret.
Esta población quedó exenta del
servicio militar obligatorio: aunque podían presentarse como voluntarios, no se
les animaba a hacerlo, pues su lealtad era puesta en entredicho. Por su parte,
los árabes en general no deseaban formar parte del ejército que combatía contra
los palestinos de fuera de Israel y contra otros árabes. Esta situación, que
continúa hasta hoy en día, va en realidad más allá de la cuestión del servicio
militar, pues éste es en Israel un auténtico pilar de la sociedad, que lleva
aparejadas multitud de ventajas sociales a las que no pueden acceder quienes no
lo realizan.
Los árabes israelíes eran tras la
guerra mayoritariamente campesinos. Sufrieron importantes impedimentos para
desarrollar sus cultivos: restricciones de agua y luz e imposibilidad de
afiliarse a las entidades cooperativas de la poderosa central sindical Histadrut y del Estado, con lo que no pudieron
competir con sus compatriotas judíos en materia de comercialización, créditos y
modernización de las explotaciones. Ya en los años 50 las plantaciones árabes
de cítricos habían desaparecido casi por completo,
y los agricultores se limitaron a producir para las necesidades de su casa
principalmente, con un limitado comercio de verduras y aceite de oliva para el mercado hebreo. Con estas
condiciones, muchos árabes tuvieron que abandonar la agricultura y convertirse
en asalariados en trabajos no agrícolas y generalmente no especializados
(industria, construcción), dando lugar de este modo a los que el antropólogo Henry Rosenfeld denomina «proletarización de los árabes de Israel»,[cita requerida] que les convirtió en el estrato más
bajo de la escala ocupacional y social. Estos cambios afectaron por otra parte
a la estructura familiar tradicional de la sociedad árabe-israelí.
En 1956 se produjo la masacre de Kafr Qasim, un
acontecimiento que significó para los árabes (y que ha quedado en su memoria
colectiva como tal) la constatación de su calidad no de ciudadanos sino de
enemigos, mientras que para los judíos fue una llamada de atención hacia la
existencia del «problema» de la minoría árabe, eclipsada por el proceso de
construcción del nuevo Estado. Cuarenta y siete aldeanos fueron ametrallados al
violar, sin saberlo, un toque de queda que Israel había impuesto a las
poblaciones árabes y que no había dado tiempo a transmitir a los campesinos que
se encontraban realizando labores agrícolas fuera del pueblo. Los responsables
de la matanza fueron juzgados y condenados a penas simbólicas.
Todo este aparato legal discriminatorio en buena
medida ha desaparecido, pero no las consecuencias sobre el nivel de vida de la
población israelí de origen árabe, que se ha tornado irreversible.
Y desde el 23.11.14
ha surgido un nuevo factor de inestabilidad cual es la decisión del
Gabinete Ministerial adoptada por 14 votos contra 6 de declarar a Israel como
EL ESTADO NACIONAL DEL PUEBLO JUDIO, decisión cuyos alcances prácticos se
desconocen pero que introduce un factor de inestabilidad a la integración
racial y religiosa dentro del Estado.
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