Tomo prestado del sitio de mi amiga
Chiche Mantini el siguiente escrito de Oscar Zarate que da una excelente explicación del por qué de la tendencia del electorado a dispararse en sus propios pies, partiendo de la aseveración de DURAN BARBA de que los electores tienen la mentalidad de un niño.
> Mi experiencia con niños es escasa y lejana. Concuerdo totalmente con Durán Barba cuando dice que la edad mental del votante es la de un niño. No sé si de 4, de 6 o de 8 años, pero de niño. De esos a los que, para que entiendan el concepto de división, les tenés que hablar de manzanas o caramelos.
>> Una inmensa porción de la sociedad argentina es absolutamente incapaz de asimilar conceptos que excedan el de las manzanas. Tratar de explicarles la perversidad extrema y esencial del neoliberalismo y el capitalismo salvaje es algo absurdo. A los 40 segundos cerraron esa mente, de por sí tan escasa en neuronas útiles.
>>> Esa particularidad del electorado, combinada con un control absoluto y masivo de los medios, ha sido utilizada para hacerlos votar en contra de sus propios intereses. A través de meterles en la cabeza conceptos básicos, simples... y falsos. Se robaron todo. Es autoritaria y soberbia. Son los zares de la droga. Mataron gente. Persiguen a los que opinan distinto. Violan la Constitución. Aprietan a los jueces. Y esas cabecitas huequitas e infantiles asimilaron todo.
>>>> Algo es innegable: si la misma técnica que se usó para engañarlos con nociones falsas y perjudiciales se usara en el buen sentido, debiera ser más fácil. Si con los medios adecuados podés hacer que alguien acepte pagar la luz o el gas a precios escandalosos e injustos y creer que eso es bueno; con más razón si sabés usar esos mismos medios los podés convencer de que no está mal que pague mucho menos porque los más poderosos van a pagar la otra parte. A un niño que nunca vio ni una vaca ni un cóndor se lo puede convencer de que la vaca vuela, pero es más simple hacerle entender que lo hace el cóndor con sus alas y sus plumas.
>>>> Voy al ejemplo. Vos vivís en un Consorcio y tenés que pagar expensas. Mientras más grande es tu departamento, más pagás. Y a la inversa. Con esas expensas se le paga el sueldo al portero, la corriente de los ascensores, el gas de la caldera, los impuestos del edificio, el agua, las cosas de limpieza. Si los consorcistas dueños de los departamentos más grandes no pagan sus expensas, la plata no alcanza. Entonces el administrador tiene dos opciones (porque no pone plata suya, obvio): dejar de pagar algo, o endeudarse para pagarlo. Con lo que a vos, el mes que viene, te van a venir los gastos de ese mes MÁS la cuota del préstamo. Y si sigue no pagando el mismo de antes, cada vez es peor: más deuda, más cuota, expensas más caras. Que pagás vos. No ellos.
>>>>> En un país pasa lo mismo. Si alguien no paga su parte, la terminan pagando los demás. En lugar de portero hay policías, jueces, médicos, maestros, bomberos, recolectores de basura, diputados y senadores. Y el resto es igual.
>>>>>> Entonces, querido niño, cuando tú dices que "si la plata es de él y se la ganó trabajando y sin robar a nadie puede hacer con ella lo que quiera", incluso llevársela a Panamá o a las islas Cayman; estás diciendo una estupidez. Si se la lleva, no paga sus expensas - que se llaman impuestos. Y entonces, a la corta o a la larga, se los terminas pagando tú. Que tienes un dos ambientes interno, mientras él tiene el duplex con jacuzzi de arriba de todo. Y ya es hora de que te avives un poquito. Te están cagando desde arriba, bebé. La lluvia de inversiones es otra cosa.
OSCAR ZARATE
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