AVATARES DE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ EN LA ARGENTINA.
Iniciada por Perón durante su segunda presidencia, su
desarrollo autónomo fue abortado por el golpe de 1955. La planta de Ford en
General Pacheco se instaló en 1961, durante la presidencia de Arturo Frondizi,
de cuya elección se cumplieron 60 años el 23 de febrero. La participación de
las multinacionales en la sustitución de importaciones fue uno de los mayores éxitos
de ese gobierno, que también se sustentó sobre un frente multiclasista, aunque
sus contradicciones prevalecieron sobre los acuerdos y derivaron en el Plan
Conintes y los tribunales militares para trabajadores en huelga. En aquel
contexto, con espacio para ciertas formas de soberanía nacional, los vehículos
fabricados en el país llegaron a tener una integración del 90 por ciento de
autopartes locales. En vez de importar desde Estados Unidos, las automotrices
producían aquí, transferían tecnología al sector metalmecánico y pagaban
sueldos que consolidaron el mercado interno y fortalecieron a la clase obrera,
que participó en las luchas por la liberación nacional y social. La dictadura
que sofocó el conflicto salarial, ahogó en sangre la lucha política y social e
impuso un modelo de acumulación de capital basado en su valorización
financiera, legisló un régimen de la producción automotriz acorde con la lógica
del mercado internacional.
En 1980, dos de las multinacionales automotrices, Fiat
y Peugeot, crearon la Sociedad Europea de Vehículos para Latinoamérica (SEVEL).
La presidió Maurizio Macrì (quien fue procesado por contrabando de autopartes
pero logró que la causa prescribiera antes de llegar a la condena). Comenzó en
ese momento la reducción del porcentaje de partes nacionales en la cadena de
valor de los vehículos armados por las terminales, la diversificación de
autopartistas con predominio de los globales, vinculados a las grandes
terminales, y retroceso de los regionales y los locales, hasta llegar a la baja
integración actual, difícil incluso de medir dada la atomización de las piezas
(partes, subconjuntos, conjuntos). Todas esas tendencias se agravaron en los
últimos dos años. Las modificaciones que las multinacionales impusieron a
través de la dictadura incrementaron sus ganancias por vía de los precios de
transferencia, disminuyeron la autonomía nacional, mellaron la capacidad de
negociación de los trabajadores y explican la totalidad del pavoroso déficit
comercial que se financia con endeudamiento externo, cada día más oneroso y
difícil de conseguir para un gobierno que busca inversiones en los mismos
países en los que los funcionarios radican sus bienes propios. Las ventas
aumentan pero disminuye la producción local, crecen las importaciones de modelos
de lujo y entre de los principales proveedores desde China están los Macrì.
Merced a la desarticulación de la red ferroviaria que el Banco Mundial reclamó
desde el mismo momento de la implantación de la primera planta de Ford y que
Menem llevó a la práctica luego de tres décadas de resistencia popular, varios
sindicatos vinculados con la producción y el transporte automotor han tenido
lugar destacado en todas las combinaciones político sindicales de las últimas
décadas. Entre ellos el de los Camioneros. Pero su impresionante crecimiento
como gremio de servicios no ha ido acompañado por una mayor integración de
partes nacionales en el armado de los vehículos que conducen. En los camiones
la participación es menor que en autos, porque los componentes más caros (cajas
de cambio y motores) son importados, y una sola planta arma camiones (IVECO).
Esa producción se ha desplazado a Brasil.
( extractado de un articulo de Horacio Verbistky en el
cohete a la luna, cuyo link es el siguiente :
VALE LA PENA LEERLO COMPLETO
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