La grieta comenzó a aparecer allá por 1944 cuando un
joven Coronel descubrió las posibilidades
electorales de la gran masa de sumergidos y excluídos de la Argentina rica y
próspera de la oligarquía agro ganadera. PERÓN llevó adelante una política de
industrialización unida a una política de organización de los trabajadores en
poderoso sindicatos más bien gobernados desde el gobierno como cuadraba a la
concepción básicamente fascista del Coronel
en aquella etapa.
Y los “ negros “, entendiendo por tales no a los
afrodescendientes como dirían ahora, sino a los modestos campesinos rurales, a
las clases de baja extracción económica y bajo índice de cultura, con rostros toscos y a menudo aindiados hicieron
irrupción en la vida política del país para espanto de la clase blanca,
adinerada y elegante.
Desde allí la grieta quedó establecida. Con la peculiaridad
de que un importante sector de la población al amparo de las políticas seguidas
emergió de la pobreza, tuvo hijos que estudiaron carreras universitarias prosperando
según ellos por obra y gracia del propio esfuerzo olvidando las medidas
gubernamentales que les dieron la oportunidad, y comenzaron a tener un horror
de “ los negros “ mayor aún que el de la oligarquía.
Son los que agredidos en su nivel de vida aún votan a
la derecha con tal de mantener alejado del poder al populismo que para ellos
significa hordas salvajes capaces de lavarse
las piernas en las fuentes de la Plaza de Mayo como en aquel para ellos fatídico
17.10.45
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