LOS PARRAFOS FINALES DEL ARTICULO DE SIRVEN QUE MOTIVO MI NOTA ANTERIOR DICTADA POR LA FURIA ANTE LA INJUSTICIA HISTORICA DE PRESENTAR A MACRI COMO ABANDERADO DE LA REPUBLICA Y LOS PERONISTAS COMO GOLPISTAS INCURABLES,HACEN BASTANTE JUSTICIA A LA SITUACION QUE DEJA EL PRESIDENTE AHORA SALIENTE ( GRACIAS A DIOS )
ES ACONSEJABLE LEER LA NOTA COMPLETA CUYO LINK PROPORCIONO AL FINAL
Macri -entre cuyos eslóganes de campaña estaba incluido el de
"pobreza cero"- dijo al terminar su primer año de gobierno que pretendía
ser juzgado por reducir o no la pobreza. Pues bien: el 40,8 % anunciado
por la UCA anteayer (que asciende a un pavoroso 59,5% de chicos y
adolescentes pobres, sin duda la peor hipoteca para adelante) opaca los
avances sustanciales que logró en energía, infraestructura,
conectividad, reordenamiento burocrático del Estado, reducción de
subsidios, recuperación de estadísticas y una menor estridencia en la
administración del propio relato oficial. También dijo en marzo de 2016:
"Si la inflación no baja, es culpa mía". Se va con un 55% anual de
inflación, luego de haber dicho como candidato que era "algo simple de
resolver".
Como tantos otros mandatarios, Macri creyó que con ser
alto, rubio y de ojos celestes (físicamente al menos lo es) era
suficiente para que llegara la "lluvia de inversiones". En efecto, los
principales líderes mundiales le tomaron simpatía, como quedó claro con
el presentismo perfecto en la Cumbre del G-20, en Buenos Aires. Pero
para invertir en serio hacen falta seguridad jurídica, mercado interno y
rentabilidad. Nada de eso fue garantizado.
No haber cuidado el consumo doméstico (salvo un poco
sobre el final y solo por motivos electorales), conjugado con un ajuste
implacable de tarifas, la fluctuación entre un gradualismo laxo y el más
rancio neoliberalismo económico -que ya desde hace rato ninguno de los
países más avanzados aplica a rajatabla-, y su sorprendente
descapitalización (al salir del cepo en un minuto, pagar a los holdouts,
bajar retenciones, disponer una reparación histórica para los
jubilados, aumentar la cobertura social y devolver la coparticipación a
las provincias), llevó al Presidente de "lo peor ya pasó" al "pasaron
cosas". Cuando se cortó el generoso crédito externo, vino en salvataje
el FMI. Y tampoco alcanzó.
El encierro blindado del "haciendo lo que hay que hacer",
proclamado por Jaime Durán Barba y Marcos Peña, le quitó plasticidad
política hacia adentro de la propia alianza (no solo con los socios de
la UCR y la CC, sino, incluso, con los propios dirigentes promisorios de
Pro, como María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, cuyas
advertencias no fueron escuchadas ni tomados en cuenta los caminos
alternativos que propusieron) y hacia afuera (deshaciéndose
tempranamente del puente inicial con Sergio Massa, suplido a último
momento, y ya muy tarde, con la llegada al redil oficialista de Miguel
Ángel Pichetto, como mero reflejo insuficiente de la potente
reunificación del peronismo a partir del anuncio de la fórmula
Fernández-Fernández, causa principal de la victoria del 27 de octubre,
incluso por encima del desastre económico).
Mientras todo esto sucedía durante cuatro años, la
comunicación oficial pasó de la estridencia autoritaria cristinista
centralizada en la abusiva utilización de la cadena nacional a un
monólogo light descentralizado de cercanía superficial en las redes
sociales, timbreos, tapices apolíticos colgados de vez en cuando en el
frente de la Casa Rosada y consignas que acompañaron epidérmicamente en
consecuencia ("revolución de la alegría", "el mejor equipo de los
últimos cincuenta años", "íbamos camino a Venezuela", la promesa
constante de un "segundo semestre" mejor), más el siempre dispuesto
ejército de voluntarios reales (y también de
trolls) que militan festivamente desde la virtualidad el "se
robaron todo" y "no vuelven más". Se armó, en definitiva, un nuevo
sentido común, al que adhirió una buena parte de la sociedad (algo más
del 40%, según las últimas elecciones), pero con una sustentabilidad
frágil que, aun así, Macri supo recrear en la sucesión de discursos que
pronunció por todo el país tras las PASO, en su única cadena nacional
del jueves y en el acto de ayer, en medio de una gran multitud, con una
pieza final breve y apolítica, pero de advertencia de que se mantendrá
alerta.
https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/una-multitud-en-vez-de-un-helicoptero-nid2313738
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