MACRI ESTA DEMOSTRANDO SER MAS INTELIGENTE QUE DE
LA RUA Y DUHALDE
El problema que plantean los piqueteros está
ocupando un lugar muy destacado en las discusiones periódicas y en la evolución
política argentina.
Los piqueteros alcanzaron gran notoriedad cuando
comenzaron a sentirse con intensidad los efectos de la política neoliberal de
Menem y Argentina se pobló de desocupados
y excluídos. A estos la huelga no les resultaba un recurso de protesta
válido porque en primer lugar no tenían empleo y porque los que si lo teían no
podían parar porque son trabajadores en negro sujetos a una total
inestabilidad.
El problema fue creciendo y desembocó en dos graves
situaciones que acabaron con la renuncia de dos Presidentes, en el primer caso
para subirse al helicóptero y en el segundo simplemente adelantando la fecha prevista
para convocar a elecciones autoacortando su mandato.
Nestor Kirchner llegó al poder muy marcado por ese
temor y practicó una política de
seducción y soborno valiéndose de los planes sociales. Y en el caso en
que los piquetes tenían graves consecuencias como fue el de los puentes con
Uruguay, se valió ( con éxito ) de un alambicado procedimiento de llevar la
causa a LA HAYA para que fuera el Tribunal Internaiconal quien ordenara la
disolucíon y no el gobierno argentino.
Esta política no fue del agrado de la clase media argentina
que siempre vio a los piequeteros como vándalos, revoltosos,
desestabilizadores.
Y ahora que por obra y gracia del deterioro en el
nivel de vida de los trabajadores
consumado por el Gobierno Macri, los piquetes han aumentado, las quejas –bastante
justificadas, dígase de pasaje – arreciaron. Las quejas de gente que llega
tarde a sus trabajos, que tienen sus movimientos en la ciudad seriamente
afectados y que no se siente culpable
por los problemas que han llevado a los manifestantes a hacer su protesta. Y ha
comenzando a sentirse un progresivo enojo y desencanto con el Gobierno Macri
que no los ha reprimido a sangre y fuego como coreespondería a un gobierno de
derecha. Pero Macri no es De La Rua ni Duhalde. Sabe la clase de policía que
tiene y sabe que muy posiblemente si los lanza a la calle con orden de
reprimir, nuevos cadáveres aparezcan asus pies.
PERO ALLI ES DONDE FUNCIONA LA INTELIGENCIA
MAQUIAVELICA DEL PRESIDENTE ( O DE DURAN
BARBA ¿??):
El tema del orden público en las calles no es del
Gobierno Federal , es de los gobernadores, máxime desde que la Capital ha
recibido la policía federal que tantos años reclamó.
OLE ¡! YO,
ARGENTINO ¡!! RODRIGUEZ LARRETA Y HEIDI
QUE SE LAS ARREGLEN.
CLAP CLAP CLAP
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