Alexis Capobianco Vieyto
13 h ·
La
existencia del gran latifundio ha atentado siempre contra las frágiles
democracias latinoamericanas, las asociaciones rurales de América Latina han
impulsado cuanto golpe gorila ha habido, y en el último golpe en Uruguay uno de
sus hombres ocupó la presidencia en Uruguay: Bordaberry. A esto se le suma la
conformación de grandes latifundios propiedad de empresas transnacionales, como
las de Benetton en la Patagonia, quien no casualmente se relaciona con el
fenómeno de expulsión de indígenas de sus tierras ancestrales y la desaparición
de Santiago Maldonado, también es latifundista el golpista de Temer. Ellos han
financiado en Nuestra América no solo golpes sino las bandas de paramilitares y
capangas que han matado trabajadores y robado a los campesinos a lo largo de
nuestra historia. Es bienvenida la indignación por lo que pasó con el
trabajador rural, también su denuncia, y que haya hoy un sindicato que lo
respalde, pero mientras el latifundio siga existiendo, seguirán habiendo
condiciones para que estas cosas pasen. Hoy como ayer la reforma agraria es una
necesidad para toda América Latina, no solo porque permitiría un desarrollo
económico autónomo, sino para construir verdaderas y duraderas democracias y
liberarnos definitivamente de estas plagas de latifundistas y capataces
alcahuetes que son de lo peor de nuestro folklore.
Es indiscutible que los pueblos originales de Latinoamérica han sido brutalmente explotados desde la conquista española, cuando inclusive se bautizaba a los indiecitos antes de matarlos, justificando así que se enviaban angelitos al cielo!!! También es innegable - honesto es decirlo - que se ha perdido, al menos en Argentina, la cultura del trabajo!!! Miles de argentinos se quejan de que no se puede trabajar. "No hay trabajo!" Pero estamos saturados de paraguayos, bolivianos, colombianos y venezolanos que sí lo tienen! Cuál es el misterio? Esta misma mañana, vino a casa un electricista que conocemos. Tiene 70 años y trabaja desde los 8 (leyeron bien!), primero en el campo. Él mismo me dijo: "Los argentinos no quieren trabajar! Quieren la plata fácil, "el plan"! Yo voy a hacer lo mío en obras en construcción y son todos paraguayos o bolivianos". Este sí es un tema a discutir, no?
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