La desaparición
forzada de una persona es una tortura más cruel para sus seres queridos que la
ejecución lisa y llana de la víctima.
Porque con
la desaparición no hay certidumbre, no hay una tumba donde ir a llorar y vivir
el duelo. Hay la angustia de la incertidumbre, el dolor de la esperanza que se
extingue gradualmente pero se niega a desaparecer del todo.
Muchas
madres argentinas mantuvieron por largos años la esperanza de que sus hijos
estuvieran escondidos a la espera de la caída del régimen que seguía diciendo “
no lo tenemos, no le hicimos nada “ o que estuviera herido y con pérdida de la memoria.
Todo eso
viene a respecto de las desgarradoras declaracioens del hermano de SANTIAGO
MALDONADO que cuenta que su madre vive preocupada pensando en cómo estará su
hijo y de si le estarán dando bien de comer.
Los que han
hecho esto no tienen perdón, y no es de balde que el delito de desaparición
forzada es IMPRESCRIPTIBLE porque es un delito que se está cometiendo desde que
desapareció la víctima hasta el presente
o hasta que la victima aparezca VIVA O MUERTA.
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