El presupuesto
2018 es vapuleado a su vez desde el
progresismo y desde la derecha neoliberales de el progresismo se señala que en
2018 no hay la tan mentada reforma
fiscal, que el déficit proyectado para 2018 es 14% mayor que el de 2017, casi
el doble del recibido con la HERENCIA MALDITA. Y QUE LAS UNICAS ECONOMÍAS EN LOS
GASTO SE PRODUCEN POR LA VIA DE LA ELIMINACIÓN DE SUBSIDIOS Y EL CONSIGUEINTE
AUMENTO DE PRECIOS. QUE EN EL CASO DE LA ENERGIA LLEGARIA AL 38% DEL TOTAL DEL
GASTO EN EL RUBRO. Con esto el Gobierno
continúa transfiriendo gastos de sus arcas a los bolsillos del contribuyente.
Y desde el
punto de vista de los economistas ortodoxos se señala la escasa reducción del
gasto, que alcanza al 0,2% del pbi y al peso creciente de los intereses fruto
del aumento de la deuda externa y la masiva emisión de LEBACS.
Algunos llegan
a expresar su preocupación de que con este ritmo de endeudamiento si se produce
cualquier fenómeno que ponga fin al atual período de super liquidez
internacional y tasas bajas de interés y vuelven los duros tiempos de inicios
del 2000, el país puede verse sometido a un duro apriete económico similar a
los ya vividos en el pasado.
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