Es un tema antipático , ideal para perder votos de la
mayoría que irritada por la inseguridad y temerosa de ser la próxima víctima
clama por mano dura y en algunos casos justificaría la ejecución in situ de los
delincuentes especialmente si son menores, pero no es así que funciona un país
civilizado, un Estado de derecho.
La Policía tiene que tener todas las atribuciones
para reprimir el delito, pero esas atribuciones no pasan por ejecutar a los
delincuentes sustrayéndolos al peso de la Ley.
En el caso del joven muerto por tres tiros en la
espalda cuando huía es evidente que el policía no se condujo de acuerdo a sus funciones,
que no incluyen la de matar si no es en defensa propia y de los ciudadanos.
El joven que huía
ya no estaba poniendo en peligro la vida de nadie y no se justifica que
haya sido ultimado, particularmente cuando la filmación muestra que el tercer
disparo fue hecho cuando ya el mismo estaba caído en el suelo por obra de los
disparos anteriores.
El Juez, siguiendo correctamente la legislación,
procesó al policía por asesinato culposo ( es decir sin intención deliberada de
matar ) y dijo más que hizo un uso irracional de un medio racional que tenía en
sus manos.
Esto dio pie a un acto de demagogia terrible del
Presidente y la Ministra de Seguridad que recibieron al Policía como un héroe y
no vacilaron en desautorizar a la Justicia , incurriendo claramente en una
conducta que está explícitamente prohibida en la Constitución, que es la de interferir
en los procesos jurídicos.
Lamentablemente el mensaje que trasmite el gobierno
no es nada alentador para el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario