La camara de diputados en Brasil aprobó una dura
Ley en la cual crea figuras delictivas
como el delito de receptacion de donacioens ilegales en campañas electorales, y
que tipifica como “ delito grave “ sujeto a penas mayroes los delitos de corrupción cuando superen un
cierto valor pecuniario.
Pero paralelamente votó una norma destinada a
proteger a los políticos de acusaciones
insuficientemente fundamentadas,
que después no dan lugar a juicios por
carecerse de pruebas, pero que ya tuvieron consecuencias arruinando la imagen
del acusado.
La prensa que vería con es ta norma anulado su
poder de juzgar y penalizar a quien le venga en gana, reaccionó violentamente a
la medida.
Brasil como America Latina en general está en el
momento presente como la URSS en la época de
Stalin. Han vuelto los tribunales populares que en aquellos tristes años
juzgaban y condenaban a los acusados sin
que fuera necesario probarles nada, y los mandaban a Siberia. Ahora funcionan
sore la base de las acusaciones mediáticas. Los que caen en el desagrado de la
media y de un Poder Judicial demasiado permeable a las presiones del poder, son objeto de todo tipo de
campañas de desprestigio y hata pueden pasar meses o años en prisión antes de
que se acepte la inexistencia de pruebas en su co0tnra… A esa altura el acusado
es ya un cadáver político y nadie le repara el daño sufrido.
Un episodio reciente demuestra cómo actúan estos
tribunales especiales. Hace unos la
anciana madre de una ex Presidente argentina, de 86 años de edad fue acusada de
corrupción por ser integrante de una Cooperativa que tenía un contrato con el
Correo Argentino. Salió en la primera plana de todos los diarios, que
comentaron cómo toda la familia de la ex Presidente era corrupta.
Después se probò
que la anciana señora no tenía poder de decisión alguno en la Cooperativa
, ya que era simplemente la suplente de uno de los integrantes del Consejo
Fiscal de la Cooperativa, y –peor aún- que el contrato del correo había sido
firmado cuando este era privado ( privatizado por el gobierno de Menem como casi
todo en Argentina ) y administrado por una Emrpesa que ( oh sorpresa ¡!) pertenecía a la familia del actual Presidente. A esa altura
del partido el desmentido, publicado en las páginas interiores y con escaso
destaque en la misma prensa que publicó la “noticia “ en su primera plana con
grandes titulares, como si se tratara del
inicio de la cuarta guerra mundial, ya no sirve para nada. La abuelita de 86 es
y será por siempre una corrupta deleznable.
Pero la prensa defiende con uñas y dientes ese poder del llamado CUARTO PODER que más bien se está transformando
peligrosamente en el primero.
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/12/01/america/1480546900_357366.html
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