El Gobierno
de Chavez, como los gobiernos progresistas de otros países
latinoamericanos llegó al poder en
circunstancias favorables, por el alto precio de los productos primarios ( en
Venezuela el petróleo ) en el mercado internacional, que crearon una abundancia
de recursos.
Cayó en el
mismo error que otros gobiernos progresistas (Brasil, Uruguay, en parte
Argentina ) y no utilizó parte de esos recursos para procesar una alteración profunda
de la estructura económica del país que lo hiciera menos dependiente de la
materia prima exportada, destinando el grueso de los recursos a atender las
necesidades presentes de las clases más sumergidas y esto aún con un cierto
grado de ineficiencia y con un descontrol que permitió el enriquecimento de ciertos
empresarios ligados al Gobierno e inclusive de miembros integrantes del mismo
asociados con aquellos..
Nada de esto importó demasiado mientras el
dinero fluía con generosidad y las clases sumergidas veían día a día mejorar sus
condiciones de vida y pasaban crecientemente a disfrutar del status de ciudadanos
normales que antes les era negado por su condición de sumergidos.
Pero aún en
vida de Chavez esta realidad comenzó a deteriorarse por la caída de los precios
internacionales del petróleo y los problemas se hicieron más visibles. Ya no
había dinero para distribuír a manos llenas y simultáneamente alimentar a quienes
se habán habituado a tener grandes ganancias merced a sus relaciones con el
Estado. Y el apoyo entusiasta pasó a ser
moderado para luego aparecer la disconformidad.
Con la
llegada de Maduro empeoraron las cosas,
en parte porque la situación empeoró aún más, en parte por falta de habilidad
gerencial del nuevo Presidente, por falta de apoyo como el que tenía Chavez y
por el envalentonamiento de la oposición de dentro y de fuera del país que creyó
llegado el momento de expulsar al chavismo del poder, y comenzó a apretar las
clavijas.
Frente a una
oposición que cada vez apelaba más a la violencia, comenzando por el intento fracasado
de golpe protagonzido por LEOPOLDO LOPEZ, el gobierno se fue endureciendo progresivamente
y comenzó a ocurrir lo que tanas veces se ha visto : un gobierno legítimo pierde
la batlla moral al adoptar las prácticas de la oposición violenta. Es más o menos
el proceso que se dio en Uruguay donde una guerrilla iniciada en plena democracia
y sin base moral , fue adquiriéndola a medida que PACHECO primero y BORDABERRY después fueron deslizándose
hacia la dictadura, que finalmente llegó, perdiendo entonces la ventaja moral
que suponía ser los defensores de la democracia .
Maduro
infelizmente se parece mucho hoy a la imagen truculenta que de él pintan la
oposición y la media de derecha que falta poco para que lo proclamen el asesino
más nefasto de la historia después de Hitler y de Stalin.
Y el pueblo ¿?
Bien gracias.
La carestía
y la escasez de alimentos golpean más duramente a las clases más humildes, que
eran el fuerte de Chavez y que hoy no apoyan ya al gobierno. Hay manifestaciones
de protesta y hasta saqueos en los barrios humildes de Caracas.
Pero hay también
una separación marcada con las manifestaciones de clase media alta que ocurren en las calles
más centrales y que son las que reciben toda la atención de la prensa mundial.
Es que los
pobres saben por instinto lo que les espera cuando los “ demócratas “ de la oposición
golpista lleguen al poder. Habra un brutal ajuste económico que decargará la
crisis sobre las espaldas de la población pobre y aún el Maduro de hoy parecerá
un liberal al lado de la dura represión que se desatará para contener las protestas
, amen de la persecución y las razzias
vengativas contra quienes adhirierorn al chavismo.
Venezuela ,
que tuvo con Chavez una suerte de peronismo caribeño, tendrá muy posiblemente
ahora un 1955 caribeño, con caída brusca de los salarios, desempleo y
represión, que no excluirá los fusilamientos legales y clandestinos.
Y
seguramente quienes reclaman no sin
cierta dosis de razón, contra las maneras dictatoriales de Maduro mirarán hacia
otro lado cuando quien lo haga sea la derecha. Y Almagro, Macri y la OEA
perderán de pronto sus ímpetus libertarios y dirán que es el precio necesario para
volver a la normalidad..Una normalidad que en Venezuela como en buena parte de
América Latina signfica una profunda grieta social, donde no faltarán ya
mercaderías porque habrá las suficientes para los pocos que puedan comprarlas y
donde la democracia se reducirá a un cierto sector de la población cuyos
miembros serán elegidos y electores, mientras el resto queda afuera, y lo
asiste por TV
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