OTRA CANALLADA
SINDICAL EN URUGUAY
En
Uruguay, como en todos los países democráticos del mundo, el derecho de huelga
está protegido por la Constitución y las Leyes
Y nunca
más justificadamente ejercido que cuando se dirige a evitar que centenares de
trabajadores sean despedidos y miles de usuarios se queden sin un servicio que
necesitan para diariamente concurrir a sus trabajos.
Hasta
aquí el paro de los trabajadores del trasporte merece y debe obtener el apoyo
de toda la población-
Pero
una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Toda la
justicia y legalidad del derecho se pierde cuando es ejercido arbitrariamente,
de forma abusiva y sin contemplar los derechos del resto de la población-
En
ninguna sociedad hay derechos absolutos.
Todo derecho tiene el límite que es no avasallar los derechos de los demás, que
también son hijos de Dios como diría alguien que no fuera , como yo, agnóstco.
LOS
TRABJADORES DEL TRASPORTE NO PUEDEN VOTAR UN PARO EN HORAS DE LA MADRUGADA Y
DARLE INICIO INMEDIATO dejando sin
previo aviso y sin posibilidad de organizarse a las personas que se valen del servicio
para entre otras cosas ir a trabajar.
Olvidan
lo señores sindicalistas que ellos son parte de ese pueblo que ahora arbitrariamente
castigan, porque le medida en nada afectará la vida de los que detentan el
poder político o económico, que hace ya tanto tiempo no suben a un ómnibus que
no saben siquiera cuanto vale el boleto o si se sube por la puerta de atrás o
de adelante. Y que en muchos casos ni siquiera saben ya manejar sus automóviles
habituados como están a que de ello se encarguen sus choferes pagos por el
Estado o sea por el pueblo, o por sus empresas
y lógicamente embutidos en el precio de todo lo que consumimos.
Esto no
es más que la reiteración de un precedente aún peor que eran los paros
decretados en mitad del día cuando la gente ya estaba en sus lugares de trabajo
y precisaba el trasporte para regresar a sus hogares, originando algunas
situaciones dramáticas en las que por la distancia del hogar, hubo mucha gente
que tuvo que dormir en casas de conocidos, en el propio local de trabajo o –en
unos pocos casos extremos-directamente en la calle con todos los peligros que
ello supone.
El ejercicio
dictatorial del derecho de huelga entre otras cosas es lo que está generando
una cultura reaccionaria en la gente que cada vez en mayor número ansía tener
un gobierno de derecha “ que los cague a palos y los obligue a trabajar “
No
lloren después cuando las consecuencias se hayan producido y sea demasiado
tarde para arrepentirse
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