domingo, 11 de diciembre de 2016

EGOCENTRISMO A LA URUGUAYA


En general los uruguayos tenemos una tendencia a juzgar incorrectamente a nuestros congéneres.
Lo hacemos no por maldad o egoísmo sino por dogmatismo o si se quiere por ignorancia. Es que tendemos a pasar por alto cuando juzgamos nuestra realidad y la de quienes nos rodean, cuánto de lo que nosotros somos se lo debemos en un azar feliz y no a nuestros merecimientos.
Y esto es válido tanto en  la escala individual como en la colectiva.
Tomémosme a mi-
En el plano individual yo tuve la suerte ( y digo suerte porque ningún merecimiento mío medió en ello, salvo que crea en la teoría de la reencarnación y en la recompensa por algo de bueno que hice en mis vidas pasadas ) de nacer en un hogar humilde de gente de trabajo, que no me hizo faltar nada, pero fundamentalmente no me hicieron faltar el cariño, o la protección, la guía .Tomé de mis padres la noción de que el camino para mejorar de vida está en el esfuerzo, en el aprovechamiento de nuestras capacidades y recibí de ellos una sólida formación ética : la repugnancia por la mentira , el orgullo de que mi palabra valga como un documento ( aún  hoy continúo indignándome cuando alguien pone en duda que algo que yo afirmo es verdad ) y la negativa absoluta y total apoderarme de o que no es mío.
Y yo le fui agregando con el tiempo una profunda piedad, que es todo lo contrario del odio, a quienes crecieron privados de todos estos apoyos y han vivido una vida azarosa que los ha ido deformando y los ha hecho vivir del engaño, del robo, de la violencia. No predico la impunidad, porque creo en el justo castigo y en la represión de la criminalidad pero soy incapaz de sentir como muchos uruguayos frente a una de estas personas que no han tenido la suerte que tuve yo ,que son seres despreciables, o de negarles su condición de seres humanos como yo lo soy
Pero hay otro nivel que es el colectivo donde esta realidad es aún peor.
Yo nací en un raro país que tuvo la dicha de vivir a comienzos de siglo una verdadera revolución  con radicales transformaciones económicas y sociales que lo hicieron un país más justo, más igualitario, más libre  y que todas esas transformaciones se llevaran adelante en un  clima de repeto ´por la institucionalidad y la democracia.
Pero soy consciente del carácter inusual y de lo irreptible de la historia de mi país que no encuentra muchos paralelos en el mundo y que más bien encuentra ejemplos de lo contrario como el trágico caso de Chile aquí cerca donde cuando se intentaron realizar democráticamente esas transformaciones, sobrevino el oscurantismo y la experiencia acabó en medio a un tremendo baño de sangre.
Pero los uruguayos  hemos sido educados para no tener consciencia de lo especial que es nuestro caso y medir a todos los pueblos con la misma medida.
Por eso cuando vemos cerca nuestro un pueblo que pasa por un cambio profundo de su realidad socio económica en beneficio de los más necesitados y ese proceso se da con un relativo debilitamiento de las instituciones, un relativo apartamiento de las normas de la democracia política, corremos a posicionarnos del lado de los que quieren derribarlo alegadamente para restituír la libertad menoscabada pero mucho más profundamente para restituír la desigualdad y la explotación vulnerados.
Y con un entusiasmo claramente digno de causas mejores , salimos a apoyar a quienes son en realidad enemigos de nuestros pueblos hermanos y aplaudimos sus acciones , festejamos su triunfo.
Y cuando estas personas llegan al poder, reinstauran todo lo que de injusto tenía la vida en esos países e implantan regímenes ahora sí dictatoriales porque van asociados a despídos, encarcelamientos o hasta ejecuciones masivas de queines resisten, ya no tenemos esa fina sensibilidad democrática y miramos para otro lado.
Así , Uruguay fue muy puntilloso en señalar cada desvío ( y tuvo varios ) de la estricta aplicación de las reglas democráticas de juego del _Coronel Perón  ( autodesignarse General fue una de ellas ) pero miró para otro lado cuando comenzaron los fusilamientos de Aramburu y Rojas, que fueron considerados necesarios para aventar el peligro de un regreso del “tirano prófugo”.
Así , los uruguayos recibimos como héroes a los pilotos de la Argentina que en un acto heroico de amor hacia  su pueblo había bombardeado la Plaza de Mayo en pleno horario de oficinas y ocasionado la muerte de centenares de civiles que pasaban por allí con  los medios de trasporte urbano yendo y viniendo de sus ocupaciones.
Y recibimos emocionados a las madres de los pilotos que llorosas habían venido a abrazar a sus valientes  hijos que habían arriesgado sus vidas para intentar liberar a su país del tirano que estaba ensuciándolo de sangre
Fue esta la primera vez que comencé  a cuestionar la veracidad de lo que se leía y oía y a empezar a cuestionarme todo y no dejar que me lleven de las narices a aprobar lo que la media quiera………


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