sábado, 12 de noviembre de 2016

SUFRIENDO CON VENEZUELA, QUE DUELE MUCHO




SUFRIENDO CON VENEZUELA

Quienes como yo tenemos el pensamiento ubicado, como el corazón, a la izquierda de nuestro ser, estamos pasando por momentos de angustia con la   situación de Venezuela.
Por un lado por más que quisiéramos no podemos dejar de ver  que tenemos  un gobierno que , acosado, ha perdido el apoyo de su pueblo y para aferrarse al poder recurre de manera cada vez más indisimulable a estratagemas  constitucionales  y legales que lo ubican demasiado próximo de la autocracia. Y en el otro lado del ring una oposición golpista que no repara en métodos con tal de voltear al gobierno, y  presumiblemente iniciar una etapa de restauración al estado de las cosas antes de este esperanzador y fallido intento  liberador y con  certeza desatar una violenta represión más cercana al baño de sangre franquista al fin de la guerra civil que a la despiadada pero incruenta  persecución de que son hoy víctimas los peronistas en la Argentina de Macri, donde tienen la palabra la media, los jueces, los servicios de inteligencia pero no los escuadrones de fusilamiento.
Y todo esto nos trae a la memoria otra situación que se dio años atrás cuando FIDEL CASTRO el líder de la Revolución Cubana que había nacido rodeada del entusiasmo de todo el progresismo continental, se proclamaba marxista leninista y se asumía como dictador a perpetuidad.
Le Revolución Cubana, derrotando a un sangriento y retrógrado dictador corrupto y cómplice de la explotación foránea de las riquezas de la Isla ( la tristemente célebre UNITED FRUIT ) nos hizo concebir la ilusión de que había llegado el momento de la liberación económica de América Latina, la hora de desvincularse del yugo opresor del imperio norteamericano y de la explotación de sus riquezas por las grandes cias multinacionales a las cuales en el fondo hasta el propio gobierno de los EEUU estaba sometido.
Las palabras de Castro SOY Y HE SIDO SIEMPRE MARXISTA LENINISTA nos cayeron como un balde de agua fría, como una bofetada en pleno rostro y fueron acogidas y divulgadas con fruicción por la gran prensa de derecha.
Yo recuerdo exactamente la hora  y, el lugar y qué estaba haciendo cuando la noticia me llegó a mí y lo registro como un hecho traumático similar a la noticia sobre el derrumbe de las torres, que también recuerdo donde estaba y qué estaba haciendo cuando me enteré.
La Revolución Cubana dejaba de ser nuestra revolución y pasaba a ser la de ellos..
Y vimos ahora lo que no habíamos querido ver, llevados por el entusiasmo : los excesos represivos que tratamos de justificar pensando que era la explicable reacción de años de dolor y sometimiento y que excesos también se cometieron en la revolución francesa o en la República Española.
Pero le hicimos el postrer obsequio  de comprender  sin justificar pero comprender al fin el por qué de su accionar. Fidel, acosado por la mayor potencia del mundo y abandonado por los gobiernos latinoamericanos que se habían plegado a las órdenes del imperio, tenía dos alternativas : sucumbir a la contra revolución y permitir una restauración victoriosa   del régimen anterior y un baño de sangre en la Isla donde la Revolución contaba todavía con el apoyo de la mayoría de la población , que tendría entonces que ser reprimida a  sangre y fuego, o agachar la cabeza, autoinmolarse como líder latinoamericano y someterse a los dictados de la otra gran potencia, que por estar más lejos quizás fuera menos avasalladora.
A partir de ese día se acabó para nosotros lo de salir a la calle gritando CUBA SI YANKIS NO,y pasamos a ver con más indiferencia el desarrollo de los acontecimientos en la Isla.
Pero no nos plegamos a la oposición, y no nos solidarizamos nunca con la gentuza que desde Miami quería volver a ganar el control del país.
ALGO SIMILAR NOS OCURRE HOY CON VENEZUELA.
Chavez no fue un Fidel Casto. La comparación le queda en verdad grande. Pero fue un hombre con ideas claras, corazón generoso y un ferviente impulsor de la liberación latinoamericana, por la vía de la unión y la integración.
Pero Chavez está más para Pepe Mujica que para Fidel Castro o siquiera PERON. Un hombre con una gran claridad de discurso, pero con una praxis demasiado modesta muy lejana de las grandes ideas que exponía. Chavez acertó en  pleno al denunciar el peor problema de la economía venezolana : un país dependiente prácticamente de su única mercadería exportable (que vale hoy un 33% de lo que valía pocos años atrás lo que está provocando una terrible crisis económica ), y que importa prácticamente todo lo que consume comenzando por la alimentación y las medicinas,pero poco y nada hizo para alterar esa afligente situación.
La Venezuela que entregó al morir en poco se diferenciaba de la que él había recibido al acceder al gobierno. Y para colmo le legó a los venezolanos un gobierno en manos de alguien que no parece ser el más talentoso de los integrantes de su movimiento.
Chavez partió hacia Cuba pensando que volvía, que ganaría la batalla contra el cáncer, y su preocupación central fue dejar en el poder a alguien que no le provocara problemas cuando quisiera recuperarlo. Por eso eligió al más débil y no al mejor de los candidatos cambiar esa realidad
Para ello tuvo que forzar la interpretación de la Constitución . Venezuela había introducido una modificación esencial , que yo creo inteligente,  en las Instituciones, que establece que el VICEPRESIDENTE no es elegido en la votación presidencial, sino que es designado por el Presidente entre sus hombres de confianza. De esta forma se  elimina una de las peores fallas del sistema presidencial tal como funciona en los países que tienen  ese sistema, y que consiste que en que los candidatos presidenciales incluyan en su formula como candidato a Vice algún representante de la minoría de su partido al que desplazaron en la elección interna, en el  intento de que el Vice atraiga los votos de los contrarios que ellos no  pueden atraer. Esto tiene el gravísimo inconveniente de que cuando se produce una acefalía el gobierno cae en manos de una corriente opuesta a la que había sido electa, como están sufriendo ahora en carne propia los brasileños con un Vice hecho Presidente que nadie hubiera votado, que tiene un apoyo casi inexistente, y que pertenece a un Partido que hace décadas no se atreve siquiera a proponer un candidato a la presidencia.
La Constitución venezolana establecía que el Vice asumía la vacante del Presidente,si era transitoria  hasta que este volviera y si era permanente hasta el fin de su mandato si faltaban menos de 2 años o  si faltaban más de 2 años hasta que fuera electo un nuevo presidente pues debía llamar a elecciones.
El timing de la enfermedad de  Chaves no podía haber sido peor , pues le quedaban pocos días de mandato, si bien había sido electo recientemente para un nuevo período de gobierno.
El asunto es que la acefalía llevaba a que el Vicepresidente Maduro cubriera la Presidencia hasta el fin del mandato, pero a partir de este momento no había de hecho ni Presidente ni Vicepresidente pues este había sido electo, no había asumido y no había designado vicepresidente si bien era razonable esperar que fuera nuevamente Maduro  aunque nada impedía que Chavez una vez asumido el mando eligiera a otra persona. En este caso correspondía que asumiera el Presidente de la Asamblea, DIOSDADO CABELLO y esa hubiera sido la solución que correspondía de seguirse estrictamente la letra de la Constitución.
Pero Chavez, que quería volver y pensaba que iba a ganar la batalla contra el cáncer,  no quería un hombre como Diosdado capaz de aglutinar apoyos propios y crearle un problema a la hora de regresar. Por eso forzó las cosas e indicó al inexpresivo políticamente hablando Maduro.
Y así Venezuela quedó sujeta al peor de los mundos : país mono productor, con su materia prima exportable desvalorizada a un  tercio de su valor reciente, con su líder fuerte fallecido y un sustituto de muy limitadas condiciones, boicoteado por las empresas locales e internacionales que hacen lo posible para aumentar las dificultades de abastecimiento que sufre la población para atizar su insatisfacción, y una  oposición golpista que ya  lo intentó en vida de Chavez  con un éxito de horas y nuevamente volvió a intentarlo durante el gobierno de Maduro montando una rebelión callejera al estilo de las famosas primaveras árabes, el país vive una terrible situación  de inestabilidad política y crisis económica a la cual no se le ve fácilmente una salida.
Y los que  tenemos ideas de izquierda sabemos lo que no queremos pero no sabemos qué querer.
Sabemos que no queremos un gobierno que se transforme en dictadura lisa y llana y reproduzca lo peor y más criticable del cubano. Y no queremos una oposición golpista que venga a hacer tabla rasa de todas las conquistas sociales de estos últimos años y desate una represión feroz y violenta.

Es como para pedir, si creyéramos, la intervención divina o en su caso del Papa.






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